
En 2001, Russell y Joyner presentaron los resultados de un trabajo sobre los intentos de suicidio entre jóvenes de Estados Unidos y encontraron que los jóvenes con una orientación homosexual presentaban una mayor tendencia (el doble con respecto a jóvenes heterosexuales) al intento de suicidio.
Otros estudios realizados en Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda indicaron el 42% de las personas entrevistadas habían pensado alguna vez con respecto al suicidio, mientras que un 33% de éstos contó que había intentado suicidarse por lo menos en una ocasión y que dicho intento tenía que ver con su orientación sexual (el 50% de estos jóvenes habían sido rechazados por sus padres). Un buen número de intentos de suicidio se producían tras experimentar fuertes sentimientos homosexuales, y era posterior a la revelación de su orientación homosexual. Este estudio fue crucial, porque mostró que muchos adolescentes que experimentan conflictos en torno a su orientación sexual (deseando negarla o reprimirla) se encuentran en mayor riesgo de suicidio. Si bien muchas personas homosexuales no tienen tendencias suicidas y viven su homosexualidad con normalidad, es cierto que la presión de la homofobia sigue hostigando a muchas personas homosexuales, bisexuales y transgénero, fundamentalmente en la adolescencia.
La OMS calcula que un millón de personas mueren cada año a causa del suicidio, a razón de dos suicidios por minuto.
El lema este año es "Pensar globalmente. Planear nacionalmente. Actuar localmente". El objetivo es tomar conciencia a nivel global del suicidio como una forma de muerte prematura que puede prevenirse, describir liderazgo político y marcos de política para la prevención del suicidio, proporcionando estrategias de prevención del suicidio a nivel país y resaltar los programas de intervención a nivel práctico que trasladan las políticas y resultados de investigación en actividades a nivel local para la comunidad.
(Fuente: universogay.com)
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