Responsables de educación de Chicago se plantean crer una escuela secundaria para estudiantes LGTB, una propuesta que cuenta con detractores tanto dentro como fuera de la comunidad gay.
Un estudio a nivel nacional encargado por la Red Educativa Gay, Lesbiana y Heterosexual en 2.005 mostró algo que a estas alturas es más que obvio: las agresiones a estudiantes homosexuales son un problema importante en las escuelas de todo Estados Unidos.
Así, 3 de cada 4 estudiantes encuestados había escuchado comentarios despectivos como "maricón" con frecuencia en el recinto escolar, y casi 9 de cada 10 había oído expresiones como "es tan gay" o "eres tan gay" (utilizado en el sentido de tonto o sin valor) con relativa frecuencia. Asímismo, casi el 20% de los estudiantes había sufrido agresiones físicas como consecuencia de su orientación sexual, y más del 10% por la expresión de su género. Además, los estudiantes LGTB que hicieron novillos por su propia seguridad fueron 5 veces más que la media general. Todo ello redunda en un menor rendimiento escolar.
La propuesta de crear un instituto para el colectivo LGTB pretende solucionar ese problema por la vía rápida: en lugar de luchar contra la homofobia en toda la sociedad, y en concreto en el contexto educativo, se segrega a los LGTB en una medida que no se sabe si es para proteger a los LGTB de los heterosexuales, o al revés. El equivalente sería que se eliminaran los centros educativos mixtos para volver instaurar colegios para chicos y colegios para chicas con el objetivo de evitar embarazos no deseados y acoso de género (algo que, paradójicamente, aunque no se ha planteado, si sería del gusto de un buen porcentaje de conservadores). Por esta razón, pese a que algunos LGTB han visto con buenos ojos la idea, las quejas son mayoritarias.
Así, algunos líderes de la comunidad gay han expresado que una escuela para estudiantes homosexuales y transexuales les daría una falsa sensación de seguridad y no les prepararía para la homofobia que, lamentablemente, van a tener que sufrir al salir del recinto escolar.
Por su parte, el director de Políticas Públicas de Igualdad de Illinois, Rick García, declaró al Chicago Tribune que "si vamos a crear una escuela separada, pongamos en ella a los matones y no a nuestros niños gays. Los niños deberían ser capaces de ir a la escuela en un entorno seguro donde quiera que estén".
Los conservadores también se oponen porque consideran la propuesta un uso indebido de fondos públicos para adoptar una posición moral sobre la homosexualidad.
La propuesta aún debe pasar una serie de audiencias públicas, la primera de las cuales será el 18 de septiembre, y en caso de seguir adelante la primera escuela se pondría en marcha dentro de cuatro años.
No se trataría de la primera escuela para alumnos LGTB de Estados Unidos, ya que en Nueva York ya tienen una desde hace cinco años bajo del nombre del célebre activista gay de San Francisco Harvey Milk.
(Fuente: UniversoGay.com)
Un estudio a nivel nacional encargado por la Red Educativa Gay, Lesbiana y Heterosexual en 2.005 mostró algo que a estas alturas es más que obvio: las agresiones a estudiantes homosexuales son un problema importante en las escuelas de todo Estados Unidos.
Así, 3 de cada 4 estudiantes encuestados había escuchado comentarios despectivos como "maricón" con frecuencia en el recinto escolar, y casi 9 de cada 10 había oído expresiones como "es tan gay" o "eres tan gay" (utilizado en el sentido de tonto o sin valor) con relativa frecuencia. Asímismo, casi el 20% de los estudiantes había sufrido agresiones físicas como consecuencia de su orientación sexual, y más del 10% por la expresión de su género. Además, los estudiantes LGTB que hicieron novillos por su propia seguridad fueron 5 veces más que la media general. Todo ello redunda en un menor rendimiento escolar.
La propuesta de crear un instituto para el colectivo LGTB pretende solucionar ese problema por la vía rápida: en lugar de luchar contra la homofobia en toda la sociedad, y en concreto en el contexto educativo, se segrega a los LGTB en una medida que no se sabe si es para proteger a los LGTB de los heterosexuales, o al revés. El equivalente sería que se eliminaran los centros educativos mixtos para volver instaurar colegios para chicos y colegios para chicas con el objetivo de evitar embarazos no deseados y acoso de género (algo que, paradójicamente, aunque no se ha planteado, si sería del gusto de un buen porcentaje de conservadores). Por esta razón, pese a que algunos LGTB han visto con buenos ojos la idea, las quejas son mayoritarias.
Así, algunos líderes de la comunidad gay han expresado que una escuela para estudiantes homosexuales y transexuales les daría una falsa sensación de seguridad y no les prepararía para la homofobia que, lamentablemente, van a tener que sufrir al salir del recinto escolar.
Por su parte, el director de Políticas Públicas de Igualdad de Illinois, Rick García, declaró al Chicago Tribune que "si vamos a crear una escuela separada, pongamos en ella a los matones y no a nuestros niños gays. Los niños deberían ser capaces de ir a la escuela en un entorno seguro donde quiera que estén".
Los conservadores también se oponen porque consideran la propuesta un uso indebido de fondos públicos para adoptar una posición moral sobre la homosexualidad.
La propuesta aún debe pasar una serie de audiencias públicas, la primera de las cuales será el 18 de septiembre, y en caso de seguir adelante la primera escuela se pondría en marcha dentro de cuatro años.
No se trataría de la primera escuela para alumnos LGTB de Estados Unidos, ya que en Nueva York ya tienen una desde hace cinco años bajo del nombre del célebre activista gay de San Francisco Harvey Milk.
(Fuente: UniversoGay.com)
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