Si en tu vida íntima has elegido el lesbianismo como forma de expresión sexual, puede suponer un problema a la hora de plantearte la maternidad. Pero ser lesbiana y madre no son dos cosas incompatibles, lo importante es la educación que se les dé a los hijos.
En los últimos años, y gracias a la libertad de expresión y de actuación, han aparecido otro tipo de familias alternativas a la tradicional. Madres solteras, parejas heterosexuales, parejas homosexuales, ¿cuál es la mejor manera de educar a un niño? Según la teoría tradicionalista, un niño educado en un ambiente gay puede tener problemas a la hora de enfrentarse a la sociedad y además estará sugestionado a la hora de elegir su orientación sexual. Pero en la actualidad está comprobado que los hijos de madres lesbianas o padres gays no tienen ningún problema a la hora de relacionarse con la gente o de elegir sus gustos sexuales. Por el contrario, tienen una mente mucho más abierta a los cambios.
Entonces, ¿cuál es el problema que impide a una mujer lesbiana tener un hijo dentro de una relación homosexual?
Miedos de una madre lesbiana
Algunas tienen hijos fruto de uniones heterosexuales anteriores. Otras son parejas de esas madres. También están las mujeres que, no teniendo hijos, aspiran a la maternidad desde esta condición de vida, ya sea solas o en pareja, a través de la adopción o inseminación artificial.
Pero todas se enfrentan a los mismos miedos: ¿cómo reaccionará mi hijo si ve demostraciones de afecto entre sus dos mamás?, ¿debo decirle que tiene dos mamás y que las dos nos amamos?, ¿y si cuando se dé cuenta de mi condición me rechaza?
La experiencia en este campo hoy en día ha demostrado que la base de una buena educación para un niño es la sinceridad. Y esta norma es tan válida para parejas homosexuales como heterosexuales.
Educación en un ambiente lésbico
No hay que ocultar las cosas, la condición de homosexuales debe ser vista como algo natural. Así ellos verán como algo muy normal que sus dos mamás se sienten en un mismo sofá abrazadas a ver la TV, que se den un beso de despedida al salir a trabajar o al llegar a casa, o que al terminar el día se vayan juntas a su habitación.
Llegados ya a la adolescencia hay que sentarse con ellos a hablar de sexo como cualquier pareja heterosexual. Hay que explicarles en qué consiste, las opciones que pueden escoger y hablarles sobre la seguridad en sus relaciones. También se les debe preparar para saber cómo enfrentarse a los más intolerantes de la sociedad que ven en esta opción sexual algo sucio. La mejor arma: el diálogo.
Eso sí, hay que evitar caer en el error de "convertir" una pareja lesbiana en una pareja heterosexual. Es decir, que una cumpla el rol de madre y otra de padre, acostumbrando al niño desde que es bebé a llamarle a esta última “papá”. Esto le puede crear al niño un desarreglo psíquico al comprobar cuando crece que a quien llamaba papá es en realidad otra mujer. Es mucho más sano que un hijo crezca sabiendo que tiene dos madres. Mentirle o confundirle no sirve de nada.
Así que ser madre y lesbiana no son dos términos incompatibles. No importa si el hogar es de lesbianas o heterosexuales, sólo importa que el bebé crezca con mucho amor, inculcándole la máxima de “respeto hacia los demás”.
(Fuente: Saludmania - España)
Entonces, ¿cuál es el problema que impide a una mujer lesbiana tener un hijo dentro de una relación homosexual?
Miedos de una madre lesbiana
Algunas tienen hijos fruto de uniones heterosexuales anteriores. Otras son parejas de esas madres. También están las mujeres que, no teniendo hijos, aspiran a la maternidad desde esta condición de vida, ya sea solas o en pareja, a través de la adopción o inseminación artificial.
Pero todas se enfrentan a los mismos miedos: ¿cómo reaccionará mi hijo si ve demostraciones de afecto entre sus dos mamás?, ¿debo decirle que tiene dos mamás y que las dos nos amamos?, ¿y si cuando se dé cuenta de mi condición me rechaza?
La experiencia en este campo hoy en día ha demostrado que la base de una buena educación para un niño es la sinceridad. Y esta norma es tan válida para parejas homosexuales como heterosexuales.
Educación en un ambiente lésbico
No hay que ocultar las cosas, la condición de homosexuales debe ser vista como algo natural. Así ellos verán como algo muy normal que sus dos mamás se sienten en un mismo sofá abrazadas a ver la TV, que se den un beso de despedida al salir a trabajar o al llegar a casa, o que al terminar el día se vayan juntas a su habitación.
Llegados ya a la adolescencia hay que sentarse con ellos a hablar de sexo como cualquier pareja heterosexual. Hay que explicarles en qué consiste, las opciones que pueden escoger y hablarles sobre la seguridad en sus relaciones. También se les debe preparar para saber cómo enfrentarse a los más intolerantes de la sociedad que ven en esta opción sexual algo sucio. La mejor arma: el diálogo.
Eso sí, hay que evitar caer en el error de "convertir" una pareja lesbiana en una pareja heterosexual. Es decir, que una cumpla el rol de madre y otra de padre, acostumbrando al niño desde que es bebé a llamarle a esta última “papá”. Esto le puede crear al niño un desarreglo psíquico al comprobar cuando crece que a quien llamaba papá es en realidad otra mujer. Es mucho más sano que un hijo crezca sabiendo que tiene dos madres. Mentirle o confundirle no sirve de nada.
Así que ser madre y lesbiana no son dos términos incompatibles. No importa si el hogar es de lesbianas o heterosexuales, sólo importa que el bebé crezca con mucho amor, inculcándole la máxima de “respeto hacia los demás”.
(Fuente: Saludmania - España)
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