Por primera vez en 341 años, la corona británica otorgó el título de poeta laureado de Gran Bretaña a una mujer: la escocesa Carol Ann Duffy, nombramiento histórico que podría levantar controversia por el hecho de que la autora, además, es abiertamente lesbiana.
“Me siento honrada por recibir el título de poeta laureada, no sólo por recordar a algunos de los grandes poetas que lo han ostentado desde el siglo XVII, sino por algunos de los maravillosos poetas de hoy día”, manifestó Duffy, de 53 años, a la prensa local.
Luego de celebrar “las contribuciones que han hecho las mujeres a la poesía de Gran Bretaña en los pasados 40 años”, la poeta, dramaturga y autora de cuentos infantiles dijo esperar que después de ella venga otra mujer galardonada.
En la única alusión que hizo a su preferencia sexual, Duffy señaló en entrevista con el diario The Guardian que el debate sobre la sexualidad en Gran Bretaña está creciendo, y celebró el hecho de que ahora cualquier persona pueda sentirse contenta de decir abiertamente que es gay.
Ted Hughes, entre los laureados...
El puesto honorífico de poeta laureado fue instituido por el rey Carlos II en 1668 y desde entonces ha recaído en autores tan importantes como John Dryden, William Wordsworth, Alfred Tennyson, John Betjeman y Ted Hughes.
Aunque en la actualidad se le considera un reconocimiento simbólico, en teoría esa distinción obliga a los poetas a escribir versos en honor de las ocasiones especiales de la monarquía, como los cumpleaños de los reyes, así como bodas, bautizos o funerales.
Hasta hace unos años, el cargo era ocupado de forma vitalicia, pero tras la muerte de Ted Hughes en 1998, el entonces primer ministro Tony Blair decidió que el poeta laureado sólo lo ocuparía por 10 años.
En ese momento había dos nombres que sonaban para sustituir a Hughes: el de la propia Duffy y el de Andrew Motion, quien a final de cuentas resultó elegido en 1999.
Medios británicos sugirieron que Blair prefirió a Motion por miedo a que los sectores conservadores reaccionaran mal por el hecho de tener a una escritora lesbiana en un cargo tan tradicional como el de poeta laureado, pero Blair siempre negó esa acusación.
Al saber que había sido rechazada, Duffy aseveró en aquel entonces que ella no podría ocupar el puesto de poeta laureado. “Yo no escribiría un poema para Eduardo (el hijo menor de la reina Isabel). Ningún poeta que se respete a sí mismo lo haría”.
Sin embargo, en esta ocasión la poeta consideró que su nuevo cargo puede ser útil “para llamar la atención sobre el papel central que puede desempeñar la poesía en las vidas de la gente normal. La poesía está presente en todas partes. Aceptando este reconocimiento, espero poder contribuir a la comprensión de la gente acerca de lo que la poesía puede hacer y dónde se puede encontrar”.
A pesar de las ventajas y la enorme publicidad que implica ser poeta laureado, en el medio literario inglés también se considera a este puesto como una especie de “cáliz envenenado”.
Vicisitudes en el cargo
Motion, el antecesor de Duffy, confesó que los poemas que tuvo que dedicar a la casa real –entre ellos los que hizo con motivo de la boda del príncipe Carlos con Camila Parker– fueron “los más difíciles de escribir”.
Además, en el año reciente se quejó varias veces de sufrir un bloqueo creativo que le impedía hacer los escritos que a él le gustaban. El cargo resultó ser “muy, muy dañino” para llevar a cabo su trabajo personal, advirtió en una entrevista reciente con el diario The Independent.
Sin preocuparse demasiado, Duffy anunció que está lista para “ignorar” las bodas y funerales de la realeza si estos actos no la inspiran. No escribiría ni publicaría nada que no sintiera que tiene que ver conmigo”, afirmó.
Los poetas laureados reciben una percepción simbólica de 5 mil 750 libras anuales (unos 8 mil 500 dólares) y también se les recompensa con un barril de vino. Con buen humor, Duffy anunció que como “a Andrew (Motion) no le han dado el suyo, yo voy a pedir el mío por adelantado”.
(Fuente: jornada.unam.mx)
“Me siento honrada por recibir el título de poeta laureada, no sólo por recordar a algunos de los grandes poetas que lo han ostentado desde el siglo XVII, sino por algunos de los maravillosos poetas de hoy día”, manifestó Duffy, de 53 años, a la prensa local.
Luego de celebrar “las contribuciones que han hecho las mujeres a la poesía de Gran Bretaña en los pasados 40 años”, la poeta, dramaturga y autora de cuentos infantiles dijo esperar que después de ella venga otra mujer galardonada.
En la única alusión que hizo a su preferencia sexual, Duffy señaló en entrevista con el diario The Guardian que el debate sobre la sexualidad en Gran Bretaña está creciendo, y celebró el hecho de que ahora cualquier persona pueda sentirse contenta de decir abiertamente que es gay.
Ted Hughes, entre los laureados...
El puesto honorífico de poeta laureado fue instituido por el rey Carlos II en 1668 y desde entonces ha recaído en autores tan importantes como John Dryden, William Wordsworth, Alfred Tennyson, John Betjeman y Ted Hughes.
Aunque en la actualidad se le considera un reconocimiento simbólico, en teoría esa distinción obliga a los poetas a escribir versos en honor de las ocasiones especiales de la monarquía, como los cumpleaños de los reyes, así como bodas, bautizos o funerales.
Hasta hace unos años, el cargo era ocupado de forma vitalicia, pero tras la muerte de Ted Hughes en 1998, el entonces primer ministro Tony Blair decidió que el poeta laureado sólo lo ocuparía por 10 años.
En ese momento había dos nombres que sonaban para sustituir a Hughes: el de la propia Duffy y el de Andrew Motion, quien a final de cuentas resultó elegido en 1999.
Medios británicos sugirieron que Blair prefirió a Motion por miedo a que los sectores conservadores reaccionaran mal por el hecho de tener a una escritora lesbiana en un cargo tan tradicional como el de poeta laureado, pero Blair siempre negó esa acusación.
Al saber que había sido rechazada, Duffy aseveró en aquel entonces que ella no podría ocupar el puesto de poeta laureado. “Yo no escribiría un poema para Eduardo (el hijo menor de la reina Isabel). Ningún poeta que se respete a sí mismo lo haría”.
Sin embargo, en esta ocasión la poeta consideró que su nuevo cargo puede ser útil “para llamar la atención sobre el papel central que puede desempeñar la poesía en las vidas de la gente normal. La poesía está presente en todas partes. Aceptando este reconocimiento, espero poder contribuir a la comprensión de la gente acerca de lo que la poesía puede hacer y dónde se puede encontrar”.
A pesar de las ventajas y la enorme publicidad que implica ser poeta laureado, en el medio literario inglés también se considera a este puesto como una especie de “cáliz envenenado”.
Vicisitudes en el cargo
Motion, el antecesor de Duffy, confesó que los poemas que tuvo que dedicar a la casa real –entre ellos los que hizo con motivo de la boda del príncipe Carlos con Camila Parker– fueron “los más difíciles de escribir”.
Además, en el año reciente se quejó varias veces de sufrir un bloqueo creativo que le impedía hacer los escritos que a él le gustaban. El cargo resultó ser “muy, muy dañino” para llevar a cabo su trabajo personal, advirtió en una entrevista reciente con el diario The Independent.
Sin preocuparse demasiado, Duffy anunció que está lista para “ignorar” las bodas y funerales de la realeza si estos actos no la inspiran. No escribiría ni publicaría nada que no sintiera que tiene que ver conmigo”, afirmó.
Los poetas laureados reciben una percepción simbólica de 5 mil 750 libras anuales (unos 8 mil 500 dólares) y también se les recompensa con un barril de vino. Con buen humor, Duffy anunció que como “a Andrew (Motion) no le han dado el suyo, yo voy a pedir el mío por adelantado”.
(Fuente: jornada.unam.mx)
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