09 julio 2009

Derrumbando lesbianas


Este excelente artículo fue extraído del blog Sex o no Sex de la periodista lesbiana peruana Esther Vargas, en un momento en que se nos está visibilizando a las lesbianas con un modelo violento y negativo de relación lésbica, a raiz del asesinato de la cantante folcklórica Alicia Delgado, en el cual Abencia Meza, su ex-pareja y también cantante folcklórica, es una de las principales sospechosas.

(Por Esther Vargas).- Este no es un manual y, menos, una radiografía. No voy a hacer el perfil de la lesbiana promedio ni trazar el prontuariado de la lesbiana peligrosa. Esta columna, escrita en el calor de la 'abenciamanía’, solo apunta a desmentir algunas barbaridades que se han dicho en estos días respecto a cómo aman las mujeres que decidieron compartir la vida y la cama con otra mujer.

MITO: Una lesbiana desea convertirse en hombre.

Incluso, cuando lleva una pistola en el cinto –como la cantante Chavela Vargas en sus tiempos más fogosos– o cuando su voz es ronca y su andar rudo, una lesbiana no desea convertirse en un hombre. No sueña con tener un pene. No lo imagina colgándole entre las piernas, no lo necesita, no lo busca.

Se susurra –porque estas cosas no se dicen frente a frente– que una lesbiana desea desesperadamente penetrar y que ansía un falo invencible. Lo murmuran muchos hombres, ilustrados o no, olvidando quizás que sus penes despiertan y duermen, más allá de sus propios deseos y batallas. Invencibles no lo son. Y las lesbianas lo tienen claro, convencidas también de que sexo no es sinónimo de penetración y disfrutan siendo mujer con sus mujeres.

Hay mujeres rudas bien heterosexuales, como lesbianas bien ladys. Hay de todo, pero pocas veces una obsesión enfermiza y devastadora por transformarse en hombres, porque justamente las dos protagonistas de esta historia (la que te quieras imaginar) decidieron vivir su vida y su sexualidad sin un hombre. Que no se confunda transexualidad con lesbianismo.

MITO. Dentro de la pareja lesbiana, una es el hombre y otra la mujer...

Los roles: activa y pasiva. Activa es la que penetra con uno o más dedos a su chica o con algún juguete sexual de forma fálica. Pasiva es la que se deja penetrar. Es fácil señalar –en función de la apariencia física y hasta de la cantidad de maquillaje– que una hace el papel del hombre y, la otra, el de la mujer. Sin embargo, en una relación de dos mujeres existe una tercera opción, la más frecuente además, y la que más se goza.

Me refiero a ese término bobo, pero necesario de mencionar, llamado MODERNA: la que penetra y se deja penetrar, o toca y se deja tocar, la que arremete con fuerza a su amante, al tiempo de dejarse tomar en sus brazos.

No es habitual que, dentro de la pareja, una le diga a la otra “yo soy el macho y tú, la hembra”. La relación fluye muy al margen de los roles, etiquetas o patrones. El deseo no tiene reglas, y la entrega no pone reparos en lo que supuestamente parecen ante la sociedad, que las clasifica en masculinas (machonas) o femeninas (ladys).

La investigadora Alicia Gallotti, autora del Kama Sutra lésbico, afirma que “uno de los rasgos singulares y acaso más positivos en las relaciones lésbicas es que los roles son intercambiables y, generalmente, mucho menos definidos que entre los heterosexuales”.

Pero, ¿quién lleva los pantalones? Como en cualquier relación, al margen de la orientación sexual, habrá alguna que se imponga más, que tome más decisiones o que lleve las riendas. Y, al igual que en cualquier pareja, una de las dos tendrá más iniciativa en la cama, más punche y más creatividad. Eso no pasa por ser el macho.
Acotación de Gallotti: “Hay lesbianas que no admiten ser penetradas”.
Las que decididamente tienen una apariencia masculina-activa suelen buscar amantes o una pareja femenina-pasiva. Pero no son todas, no hay que generalizar.

MITO: Las lesbianas son las reinas del sexo oral.

Y, aunque esto afecte la reputación del 'gremio’ (sorry, compañeras), lo cierto es que ese es otro mito devastado por la realidad. El famoso cunnilingus es, ciertamente, una práctica frecuente entre una pareja de lesbianas.

Se murmura con muy mala onda que, a falta de pene, las chicas emplean su lengua. No se dice que la ausencia de un falo desarrolla lenguas poderosas, capaces de desatar orgasmos en menos tiempo que un pene promedio. Y tampoco se dice que las lesbianas con esta capacidad son parte de una élite, porque muchas, pese a la experiencia y al afán, no están dotadas para este arte. Un ejemplo más de que, aquí, la orientación sexual poco tiene que ver. Un@ es buen@ amante o mala amante, muy al margen de si es heterosexual u homosexual.

MITO: La lesbiana es enemiga de los hombres, y es así porque fue violada o abandonada.

En la vida de las lesbianas, los hombres no son ratas peludas ni los malos de la película. Al contrario, son buenos amigos, consejeros y apoyo.
Las investigaciones de Gallotti refieren que es falso pensar que una mujer acaba interesándose en otra mujer por alguna experiencia sexual negativa o insatisfactoria, y menos por una historia de violencia o agresión sexual.
Las lesbianas pueden rechazar el machismo, pero no odian a los hombres. Incluso, tienen actitudes machistas, como cualquier varón y mujer
heterosexual.

MITO: La lesbiana es posesiva, peligrosa, 'mujeriega’ y capaz de matar por amor.

Ojalá se hicieran estadísticas para confirmar que la mayoría de crímenes pasionales fue protagonizada por parejas heterosexuales y no por homosexuales. A la espera de este registro, queda precisar que nada más falso que clasificar a la lesbiana como posesiva, celosa y peligrosa. Hombres y mujeres lo son, muy al margen de su orientación sexual.

El sentimiento de 'mi propiedad privada’ no tiene género y es nocivo en cualquier bando. Es lamentable que presuntos psicólogos o psicoterapeutas hayan hecho en estos días desinformadas y prejuiciosas declaraciones al respecto, clasificando a las lesbianas como si fueran ganado.

¿Son inestables, infieles y no pueden sostener una relación formal? Falso. Generalizar es un absurdo, como decir que todos los hombres son 'mujeriegos’ e incapaces de amar a una sola mujer.

MITO: La lesbiana vive obsesionada con el sexo y es una depredadora sexual.

Los adictos al sexo son mayoritariamente hombres heterosexuales. Los depredadores sexuales (abusadores, violadores y más) son, igualmente, hombres y heterosexuales. Y no por ello se dice que los hombres son adictos al sexo y depredadores sexuales. Las patologías y el prontuariado no pasan por la orientación sexual de nadie. Las disfunciones sexuales, además, afectan a hombre y mujer, muy al margen de su orientación sexual.

MITO: La lesbiana es un ser sufrido, desdichado y marginado.

En esta sociedad con altas dosis de homofobia, es cierto que las lesbianas –cada vez menos invisibles– sufren circunstancias adversas a diario, pero no son las más tristes y jodidas del planeta. La violencia golpea más a las mujeres heterosexuales.

Los feminicidios no son patrimonio lésbico. La violencia familiar se da, con implacable fuerza, en hogares heterosexuales con historias de embarazo adolescente, aborto, maltrato y muerte. La marginación castiga más a los transexuales y, aunque esto no es un consuelo, la verdad hay que decirla.

(Fuente: sexonosex-esther.blogspot.com)

4 comentarios:

Liliana dijo...

Iteresante articulo,y deja claro sobre nosotras,mas aun en esta epoca producto de la Abenciatitis se dice tantas cosas y mitos,y como dices Kat me asombra que aparezcan seudos profesionales diciendo barbadidades que lo unico que ocasionan es aumnetar mas el morbo y el espectaculo.Aunque me parece que mas culpa tienen los medios de comunicacion sensacionalistas que por llevar agua a sus molinos publican basura.
Estoy harta que me digan Abencia,y hace poco empeze a salir del armario sobre todo por que muchas amigas ya lo hacian y no tenian problemas,pero con esto como que me arrepiento o lo hice en mal momento,hasta me joden preguntando por mi pistola y los mas chiquillos me piden que cante un huayno,ya no lo soporto,lamentablemente tengo que trabajar si no creeme no saldria o me viajaria a otro pais hasta que la marea pase.Un detalle me parece que si somos las reinas del sexo oral,por lo menos las chicas hetero con las que estube y que hanestado con amigas asi lo dicen,que nadie hace el sexo oral como te lo hace una lesbiana.A ver has una encuesta en tu blog y veras que no miento.
Liliana

Liliana dijo...

Me olvidaba mencionar mi opinion sobre Abencia Meza,nunca me parecio deigno de admirar,pero respeto a quienes si lo hacen,lo que si me da pena todo lo que le pasa,es mas hasta pienso que puede ser inocente,por que como escuche a alguien decir todavia no existen pruebas reales mas que comentarios y tonterias que invemta la prensa.No deseo eso a nadie ni a mi peor enemigo,ni a los que me dicen Abencia,y lo peor es que la utilizan como parte del circo y la estan destruyendo,pregunto que diran si al final es inocente.quien le repara todo el mal que le hacen.
Liliana

KAT dijo...

Hola Liliana, gracias por comentar, primero que nada te felicito por la decisión tan importante y difícil q tomaste al contarle a tu familia sobre tu orientación sexual, en mi opinión personal considero no es mal momento, todo sucede en el momento indicado, a veces jodido,
pero siempre indicado =).

Explícales a tu familia que relaciones así se dan tanto en homosexuales o heterosexuales, no somos un dechado de virtudes como tampoco somos seres despreciables e inhumanxs. Lástimosamente es la naturaleza humana en acción y la orientación sexual no tiene nada que ver en ésto.

Si gustas da ejemplos de casos en relaciones heterosexualesm siempre hay casos de violencia doméstica física o psicológica en la familia o en personas cercanas para dar ejemplos, no sé el tipo de relación q tengas con tu familia, pero debes exigir respeto, mientras no lo hagas, seguirán fastidiando y molestándote. Saludos.

KAT dijo...

Ah, el artículo no lo escribí yo, sino la periodista Esther Vargas.

Respecto a lo del sexo oral, creo más bien que el mérito es individual más que por cuestión de género. Lo que sí es un hecho es que tenemos más práctica que los hombres, ellos van directo a la penetración y si lo hacen por lo general no se toman su tiempo en ello, aunq tb deben haber excepciones, en cambio nosotras sí, el sexo oral o cunnilinguis es infaltable en nuestras relaciones, pero por cuanto tiempo lo hacemos? mmm...

Ese tema da para más, definitivamente. Saludos.