Curso de Pearson, fragmento del libro: "Las reglas del amor", del autor Richard Templar.
REGLA 9: No podemos cambiar a las personas
Supongamos que tú eres una persona ordenada. Neuróticamente ordenada. Que no soportas dejar la colada para más tarde y que colocas todo perfectamente después de usarlo. Y supongamos que terminas con una pareja a la que le gusta esparcir sus cosas por doquier y sólo se siente a gusto en medio del desbarajuste. ¿Te convertirías en una persona desordenada para hacerle feliz? Entonces ¿por qué esperas que ella sea ordenada?
Si no eres una persona ordenada, puede que te estés preguntando dónde está el problema, pero si eres de los ordenados, es probable que estés pensando que es una batalla perdida. Y estarás en lo cierto.
La cuestión es que no podemos pedir a la gente que cambie, e incluso en el caso de que quisieran, no podrían. Por supuesto, pueden cambiar su forma de actuar, pero no su personalidad. Puedes persuadir a tu desastre de pareja de que cuelgue la toalla en vez de dejarla en el suelo, pero te apuesto lo que quieras a que te sigue poniendo nervioso verla colgada completamente torcida. Porque no puedes convertirla en una persona ordenada, sólo en una persona desordenada que cuelga la toalla. La cocina seguirá siendo una pocilga y el suelo del coche estará horrible (para ti, no para tu pareja).
Y no es una cuestión de ser desordenado u ordenado. No puedes hacer que una persona deje de ser irresponsable, obseso del fútbol, del trabajo, tímido o que se estrese con facilidad.
Por eso, si no puedes convivir con esas características, es mejor que no lo hagas. Pase lo que pase, no te embarques en una relación con alguien pensando: “No soporto como hace esto, pero no pasa nada, porque lo cambiaré”. No, nunca le cambiarás. Acabaréis ambos hartos y enfadados.
Ya sé que nadie es perfecto; en una relación, todos somos inaguantables de vez en cuando (incluso tú). Pero tú buscas a alguien al que merezca la pena soportar, no a alguien a quien hacer a tu gusto y moldear como quieres.
Y te aviso que esto lo puedes aplicar a todo lo que te pueda hacer infeliz. Si conoces a alguien que es perfecto, dejando aparte que es alcohólico, violento o infiel, ten por seguro que jamás le vas a cambiar. No seas ingenuo. Puede que al principio, los primeros meses o años de vuestra relación, se comporte correctamente; luego, cuando la rutina ya se ha instalado en vuestras vidas, la cosa cambia y volverá a ser como de verdad es. Luego no digas que no te avisé.
EN UNA RELACIÓN, TODOS SOMOS INAGUANTABLES DE VEZ EN CUANDO (INCLUSO TÚ)
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