Juan Luis Cipriani y su propia "guerra santa"

El cardenal de Lima Juan Luis Cipriani y máximo representante de la Iglesia Católica de nuestro país, en su homilía del domingo 20 de febrero, luego de que se llevara a cabo en un ambiente de tolerancia y respeto la concentración "Besos contra la homofobia - La Resistencia" el sábado 19 Feb, persistió, durante el sermón, en denominar provocación al acto simbólico del amor LGBT "Besos contra la homofobia" del día sábado 12 Feb.

Recalcó que si lxs LGBT's seguíamos buscando "pleito" lo íbamos a encontrar, asimismo mostró su disconformidad de que las principales autoridades estén adoptando una actitud de tolerancia y respeto a la diversidad, indicando que si las autoridades no hacían respetar su iglesia, los fieles católicos sí lo iban a hacer.

A todas luces el Sr. Cipriani, manifiesta tener una actitud desafiante, denomina "pleito" a un acto simbólico de amor LGBT, su percepción equivocada de "pleito" se debe al hecho que su iglesia no acepta nuestras relaciones (homofobia), porque si fuéramos un grupo de heterosexuales que se besan en las escalinatas de la catedral nunca hubiera sucedido nada.

Es alarmante además que incite a sus fieles católicos a "defender" su iglesia, como si nos enfrascáramos en una guerra encarnizada. El Sr. Cipriani debe entender que nadie ataca a su iglesia, que su religión como las demás religiones tienes todo el derecho de existir, pero no se puede permitir que se discrimine a un sector de la población por dogmas religiosos, no se puede seguir pregonando que la homosexualidad es un desvío y/o anormalidad cuando científicamente está comprobado que es una orientación sexual natural como la heterosexual. 

El Perú es un estado laico, un estado independiente de cualquier religión, esperemos que avancemos como sociedad y no retrocedamos por los caprichos dogmáticos de una religión. Para todas y todos los que crecimos bajo la influencia de la religión católica es difícil asimilar ciertas cosas, es tiempo de separar a Dios de las iglesias que dicen representarlo y que en realidad sólo representan sus intereses. Dios jamás toleraría el odio ni la discriminación hacia ningún ser humano.