El silencio no le duró mucho a Phillip Butters quien entrevistado por el programa Magaly TV sobre el plantón realizado por el Mhol y otras agrupaciones LGBT en las puertas de Radio Capital, minimizó la concentración en su contra argumentando que “10 o 20 tuiteros no lo van a atarantar”. Asimismo, se reafirmó en sus declaraciones y ésta vez agregó la necesidad de “desmariconizar” la televisión peruana.
A todas luces lo que demuestra Phillip Butters es su intolerancia a lo que no corresponde a su patrón mental de género. En tal sentido, la comunidad LGBTI, diversa en esencia, no encaja. O eres blanco o negro, macho o hembra, masculino o femenino, los matices no existen para él. Puedes ser gay o lesbiana, pero el gay tiene que ser varonil por ende la lesbiana femenina, esto es lo que le gusta, sólo eso quiere aceptar y respetar. No entiende la diversidad de la naturaleza humana. Lo veíamos en “Enemigos Públicos”, incómodo y fastidiado por la manera de sentarse de Aldo Miyashiro con las piernas cruzadas, pose al parecer muy “delicada” para un varón según su patrón mental del género masculino.
Por otro lado, si hablamos de la televisión peruana, las televisoras se rigen por el nivel de audiencia (rating), y son ellas mismas las que se encargan de seleccionar a los personajes que formarán parte del staff de artistas de sus distintos programas, los cuales deben colmar sus expectativas de rentabilidad. Si son travestidos o no travestidos, homosexuales, trans o heterosexuales, escandalosos o no escandalosos, es responsabilidad absoluta de las televisoras.
Lo que si sería importante, es que las distintas agrupaciones LGBTI’s exijan a los medios de comunicación que se consideren también a personajes menos estereotipados en la TV. Algo como el GLAAD estadounidense, que es una organización que evalúa, premia o descalifica la representación de nuestra comunidad en los medios de comunicación. No se trata de mostrar sólo un sector de la diversidad, sino todos.
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