02 marzo 2009

España: Absuelto un hombre que mató a una pareja de homosexuales con 58 puñaladas

Cosas inexplicables que suceden en uno de los países con más derechos y tolerancia a los LGBT. GLP

Un jurado popular ha absuelto a un hombre que mató en Vigo - España, hace dos años, a una pareja de homosexuales. Durante el juicio, el agresor explicó que cometió el crimen en defensa propia porque querían violarlo.

El veredicto del jurado popular ha causado profunda indignación entre los colectivos de gays y lesbianas por absolver al asesino confeso de una pareja de homosexuales de Vigo. El tribunal popular considera que el doble crimen fue un acto de legítima defensa porque el acusado, Jacobo Piñeiro, tuvo miedo a ser violado y además no ve ensañamiento en las 57 puñaladas que asestó a las dos víctimas. Sin embargo, el jurado lo condena por haber provocado un incendio en la vivienda precisamente para borrar las huellas de la matanza.

El fiscal del caso, que había pedido 60 años de cárcel para el acusado, presentará recurso para intentar conseguir que el Tribunal Superior de Galicia anule el veredicto y ordene repetir el juicio.

LA HISTORIA COMPLETA
El 12 de julio de hace un par de años, el acusado, que se llama Jacobo Piñeiro, llegó a Vigo desde Cangas, la ciudad en la que vivía. El destino en Vigo era el Strong, un bar de ésta ciudad gallega en el parece ser que consumió whisky y varios gramos de cocaína...

En el bar, Piñeiro conoció a la primera de sus víctimas, un camarero llamado Isaac Pérez. Sobre las cuatro de la tarde, víctima y asesino se marcharon hacia la casa del primero. Una vez allí, ambos se encerraron en una habitación, lugar en el que pasaron la tarde consumiendo cocaína.

A eso de las 9 de la noche, se presentó en la vivienda el compañero de piso de Isaac, el brasileño Julio Luciano, junto a varios amigos, quienes permanecieron en la casa hasta la una y media, hora a la que se marcharon.

Y parece ser que todo transcurrió con normalidad hasta que, según el absuelto, Isaac se presentó en el cuarto sobre las cuatro de la madrugada, desnudo, y con la intenciónde acostarse con él.

Según declaró en el juicio el propio Piñeiro, él rechazó la propuesta de Isaac, un rechazo tras el que la víctima volvió a la habitación con un cuchillo, abalanzándose sobre él, justificando así que el asesinato se produjo en defensa propia.

Piñeiro explicó que le quitó el arma a Isaac, y le dió dos puñaladas en el vientre en el hombro. Tras estas dos primeras puñaladas, luego vendrían otras 33. La víctima intentó refugiarse en su dormitorio, cerrando la puerta para llamar a la policía, aunque el asesino se lo impidió, ya que entró a la habitación de una patada en la puerta, y le quito el teléfono móvil, insertándole varias puñaladas en el rostro.

Posteriormente, cuando llegó al piso Julio, el compañero de Isaac, fue atacado igualmente por Piñeiro, asestándole 22 puñaladas, algunas de ellas por la espalda. Según se aclaró en el juicio, la mayoría de ellas innecesarias para producirle el fallecimiento.

Tras el asesinato de los dos jóvenes, Piñeiro se quedó en el piso hasta las nueve de la mañana. En el tiempo en que permaneció en la vivienda, el ahora absuelto se duchó, se llevó en una maleta todos los objetos de valor, cerró las ventanas a cal y canto, y preparó cinco focos de fuego para quemar el piso. Dos de los focos los preparó encima de los cadáveres de las víctimas. Por último, y antes de salir de la casa, dejó abierto el gas.

Según el fiscal y la acusación particular, todo esto fue llevado a cabo de una forma fría y calculada para hacer creer a todo el mundo que los asesinados habían sido víctimas de un robo con violencia.

La defensa de Piñeiro basó su defensa en que el ahora absuelto actuó por “un miedo insuperable a ser asesinado y violado, víctima del pánico, fuera de sí dado el estado de intoxicación en el que se encontraba”.

Una defensa que le ha salido muy bien al hasta no hace mucho acusado. En su última intervención durante el juicio, Piñeiro reconoció ser el asesino, asegurando mientras se le escapaban las lágrimas que estaba arrepentido de todo lo sucedido, y que la culpa no fue de nadie. Según el propio acusado, simplemente, “es culpa de como soy”.

Tras la lacrimógena intervención, que provocó las lágrimas de tres miembros del jurado, se produjo la votación del mismo. De los 9 votos, (7 eran mujeres, y dos hombres), 7 votos decidieron absolver a Piñeiro, frente a dos que votaron por condenarlo por asesinato.

Por lo que si que fue condenado Piñeiro fue por el incendio de la vivienda, una condena que le podría suponer hasta 20 años de cárcel, en el caso de que recaiga sobre él la pena máxima.

Tras finalizar el juicio, hablo el abogado de la madre de Isaac, quien lanzó una pregunta al aire, al preguntarse que habría pasado “si la víctima hubiera sido una mujer”, ya que piensa que el resultado habría sido totalmente distinto.

Esperemos que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia escuche la apelación de la fiscalía, y que se haga justicia. Por lo pronto las asociaciones LGTB de España ya han levantado su voz de protesta.

(Fuente: cadenaser.com, ambienteg.com)

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