12 marzo 2009

Luchando contra la homofobia en el salón de clases

Según estadísticas, en Colombia es cada vez más frecuente que los estudiantes revelen su identidad sexual, a pesar del rechazo de sus compañeros.

Desde que era un preadolescente supo que sentía una atracción especial por los hombres, que a diferencia de sus amigos a él no le gustaban las mujeres. Sintió miedo, mucho miedo, y prefirió ocultar sus sentimientos y la confusión que tenía en su mente por no ser como los demás hasta que se graduó de la universidad. En ese momento su mayor temor era la reacción de su madre, una mujer de 70 años, a quien le fue extremadamente difícil comprender que su hijo era homosexual.

Esta dolorosa experiencia marcaría la vida de Erik Werner Cantor para siempre. Por eso quiso dedicarse, una vez terminó sus estudios de Antropología en la Universidad Nacional, a defender los derechos de las poblaciones más vulnerables, especialmente de la LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas). De su mano nació la Corporación Promover Ciudadanía y con ella un exhaustivo trabajo en las instituciones educativas por promover la diversidad.

Durante el último año Erik logró consolidar la información que habían recogido entre los adolescentes y después de realizar una encuesta a 433 estudiantes de diferentes colegios de Bogotá, se animó a escribir el primer libro que se publica en Latinoamérica sobre la homofobia en el aula de clases.

Para su sorpresa, aunque la burla, el rechazo y hasta el odio por los homosexuales y lesbianas sigue siendo generalizado entre los jóvenes, cada vez es mayor el número de hombres y mujeres que revelan su identidad sexual y tienen demostraciones de afecto en el patio de recreo sin importar lo que dirán sus profesores, padres y amigos. Comportamientos que para muchos papás y maestros son contraproducentes, pues estaría validando una conducta que para ellos no es natural y que podría confundir a los demás estudiantes.

Rosalba Martínez, orientadora del colegio Gran Yomasa, en Bogotá, reconoce que sus colegas todavía no saben cómo actuar cada vez que un alumno les confiesa que es homosexual o cómo no sonrojarse cuando una pareja del mismo sexo llega a la institución a la entrega de notas de su hijo. Por eso decidió, junto a otro grupo de profesores, transformar el concepto de educación sexual y promover la diversidad.

No ha sido una tarea fácil, pero al igual que Werner, también ha notado un cambio de actitud entre los miembros de la comunidad educativa. Guillermo Carvajal, psicoanalista experto en comportamiento infantil y adolescente, explica que la homofobia se encuentra incrustada en la cultura colombiana y en la mayoría de naciones de Occidente, como una consecuencia del machismo.

(Fuente: elespectador.com)

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