Las lesbianas y los gays se encuentran en peligro de desaparecer como categorías sociales en Noruega mientras que un porcentaje creciente de noruegos se rehusan a ser clasificados como gay o heterosexuales.
Recientes documentos de investigación sobre la experimentación bisexual abierta está siendo cada vez más popular y común entre los adolescentes y los adultos jóvenes noruegos. En este sentido, Bente Træen, sexóloga de la Universidad de Oslo asegura en una entrevista al diario Dagbladet que un creciente y constante número de la población en general de Noruega regularmente disfruta de experiencias sexuales con personas de ambos géneros sin adquirir con ello una identificación como bisexual. La científica afirma que la caracterización como gay, heterosexual o bisexual se percibe como algo pasado de moda lo que subraya que en lugar de ello, cada vez se reconoce más que todos los seres humanos unen, en algún grado, elementos homosexuales y heterosexuales. Los “verdaderos” bisexuales que se sienten atraídos hacia personas de ambos géneros si ninguna preferencia real, es un grupo pequeño, menor al 1% de la población. Pero de igual forma entre aquellos con cierta preferencia por un género en particular, la experimentación en ambas direcciones se está convirtiendo en algo común y aceptado. Una mayoría de aquellos que experimentan con la bisexualidad aún continúan identificándose de manera primaria como homosexuales o heterosexuales aunque un porcentaje creciente de la población rechaza ser colocada en alguna de tales categorías.
La autoidentificación como gay, lesbiana, bisexual o heterosexual se convierte en algo menos importante y con frecuencia totalmente irrelevante, en particular entre los jóvenes. Las etiquetas se convierten en innecesarios. La gente se muestra más abierta que nunca en el pasado para cambiar su orientación sexual varias veces durante las distintas fases de la vida y no ven necesidad alguna para el uso de estas etiquetas. Este es el caso particularmente entre los jóvenes.
Mette Hvalstad, líder de SUSS, el Centro para la Juventud, Co-Existencia y la Sexualidad, asegura que las muchachas adolescentes están experimentando más abiertamente con la bisexualidad que los muchachos. Sin embargo, ahora parece que los muchachos están finalmente se sienten atraídos a las niñas. SUSS está en contacto con alrededor de 25,000 adolescentes cada año y en la perspectiva de la Sra. Hvalstad, la juventud noruega es generalmente tolerante. Ella subraya que la mayoría de los adolescentes parecen tener una vida sexual tradicional, aun cuando la experimentación está en aumento.
Christian Bjørknæs, editor de la revista noruega de noticias GBLT Blikk confirma las conclusiones de Hvalstad y agrega que la juventud contemporánea no tiene necesidad alguna para categorizar a los demás o a sí mismos como gays o heterosexuales. La orientación sexual se convierte en algo cada vez menos importante en la vida de un individuo y es crecientemente percibido como algo temporal que de todas maneras puede cambiar varias veces durante la vida.
Sin embargo, él también señala que los así llamados “nuevos bisexuales” aún son llamados de forma de chanza como “homo lights” en las subculturas gay, indicando que aún hay reservas contra ellos entre los gays tradicionales.
La investigación de la Dra. Træen indica que los noruegos crecientemente están preparados para probar y jugar con sus orientaciones sexuales y este desarrollo hacia el estilo de vida bisexual también es claramente visible por todas partes de la sociedad. Muchas celebridades han anunciado en los medios de comunicación que están teniendo básicamente un estilo de vida bisexual. De forma reciente, en particular Mia Hundvin, una jugadora noruega de balonmano y que es muy famosa y exitosa, se ha destacado como abierta y concientemente bisexual en los medios de comunicación. Su matrimonio con Camilla Andersen de Dinamarca fue un evento social muy importante y esta pareja fue desplegada de manera frecuente en las primeras planas y en la televisión. Sin embargo, el 15 de enero los medios de comunicación anunciaron que luego de dos años de matrimonio, Mia Hundvin ha dejado a su esposa. Sólo dos días más tarde las páginas de sociales de los diarios de Noruega y Dinamarca publicaron fotos de Mia junto al gurú de la tabla sobre nieve Terje Håkonsen y las especulaciones sobre una relación posible entre ellos inició de inmediato.
El aspecto más interesante de este caso tal vez fue que ni un sólo comentarista mostró el interés más mínimo en la orientación sexual de alguno de los individuos en este caso. Ni siquiera se mencionó una sola palabra aun cuando todas las televisoras y diarios del país habían publicado a Mia, Camilla y Terje por días. No hace muchos años habría sido común referirse a las personas involucradas con términos clasificatorios como “la pareja lesbiana” o “la jugadora de handball bisexual” al menos una vez en cualquier artículo sobre sus vidas privadas. Parece ser que los medios de comunicación noruegos de nuestros días simplemente han perdido cualquier interés en la clasificación de individuos basados en la orientación sexual.
Una cierta normalidad se ha desarrollado. Como ha sucedido antes, los lectores y el público en general están verdaderamente interesados en la vida sexual de las celebridades, pero su orientación sexual como tal se ha convertido en un asunto irrelevante. Lo que cuenta es el individuo con el que la celebridad está teniendo un affair y si existe un drama e intriga entre ellos, pero ya nadie se preocupa de si la “víbora del paraíso” es un hombre o una mujer. Tendencias similares se pueden observar también en el discurso general sobre los matrimonios gay. Teóricamente, el sistema legal en Noruega ha mantenido una distinción entre las parejas registradas y los matrimonios, pero para todos los efectos prácticos esta distinción se ha desvanecido de la conciencia de la gente y básicamente el vocabulario es el mismo cuando se habla sobre las relaciones homosexuales y heterosexuales. El término “pareja registrada” ha desaparecido totalmente del discurso social y sólo se encuentra en la literatura jurídica técnica. El único término que cualquiera utiliza en su discurso diario para describir cualquier relación legalmente reconocida es “matrimonio”. Si estas tendencias continúan, y no existe razón para dudarlo, se puede esperar que las identidades sexuales pronunciadas desaparecerán totalmente dentro de pocas décadas y que una orientación sexual permanente será algo carente de sentido para las generaciones futuras. Lo más probable es que los “gays” y las “lesbianas” desaparecerán como categorías de distinción social, aun cuando esto también ocurrirá con las parejas “heterosexuales”.
Recientemente, Dagbladet entrevistó a Maria Mena de 16 años de edad, proveniente de Oslo, sobre la orientación sexual entre algunos adolescentes. Ella dice que se encuentra “pasándola” con otras muchachas y que no es algo complicado para ella y que se trata de algo divertido y emocionante. Ella enfatizó que a principios de su adolescencia tuvo un periodo de reflexión cuando consideró la posibilidad de que pudiera ser lesbiana. Luego discutió el asunto con sus amigas y su familia. Al final, llegó a la conclusión de que es “muy heterófila”, pero que era importante para ella pensar sobre su propia sexualidad. Muchos de sus amigos han tenido periodos de reflexión. Ella tiene muchos amigos que han salido del clóset como gay o lesbianas cuando fueron muy jóvenes, y eso nunca fue para ella ni para sus amigos un asunto complicado, aunque el curso general para los adolescentes es que evitan tal clasificación y permanecen abiertos a todas las posibles combinaciones.
Dagbladet también entrevistó a tres muchachas en un café en Tromsö, un pequeño pueblo al norte del país, y encontró básicamente los mismos resultados. Cada una de las muchachas han experimentado con otras muchachas y enfatizan que no ha sido algo controversial. Una de ellas subrayó que se trataba de hacerlo para divertirse, pero que no lo haría con todo el mundo sino con alguna amiga y, ella afirma, de una forma muy inocente. También se siente atraída por muchachos que se enamoran de muchachas. Esta joven confirma que las mujeres jóvenes en su medio parecen tener menos problemas con una experimentación bisexual en su adolescencia. Los muchachos aún se sienten preocupados por la orientación sexual, pero parece ser una tendencia general que la aceptación de la bisexualidad es algo creciente entre todos los adolescentes. En este proceso, los adolescentes también se encuentran más seguros sobre su propia sexualidad y son más abiertos respecto a su experimentación con parejas de ambos género.
(Fuente: OpcionBi.com)
Recientes documentos de investigación sobre la experimentación bisexual abierta está siendo cada vez más popular y común entre los adolescentes y los adultos jóvenes noruegos. En este sentido, Bente Træen, sexóloga de la Universidad de Oslo asegura en una entrevista al diario Dagbladet que un creciente y constante número de la población en general de Noruega regularmente disfruta de experiencias sexuales con personas de ambos géneros sin adquirir con ello una identificación como bisexual. La científica afirma que la caracterización como gay, heterosexual o bisexual se percibe como algo pasado de moda lo que subraya que en lugar de ello, cada vez se reconoce más que todos los seres humanos unen, en algún grado, elementos homosexuales y heterosexuales. Los “verdaderos” bisexuales que se sienten atraídos hacia personas de ambos géneros si ninguna preferencia real, es un grupo pequeño, menor al 1% de la población. Pero de igual forma entre aquellos con cierta preferencia por un género en particular, la experimentación en ambas direcciones se está convirtiendo en algo común y aceptado. Una mayoría de aquellos que experimentan con la bisexualidad aún continúan identificándose de manera primaria como homosexuales o heterosexuales aunque un porcentaje creciente de la población rechaza ser colocada en alguna de tales categorías.
La autoidentificación como gay, lesbiana, bisexual o heterosexual se convierte en algo menos importante y con frecuencia totalmente irrelevante, en particular entre los jóvenes. Las etiquetas se convierten en innecesarios. La gente se muestra más abierta que nunca en el pasado para cambiar su orientación sexual varias veces durante las distintas fases de la vida y no ven necesidad alguna para el uso de estas etiquetas. Este es el caso particularmente entre los jóvenes.
Mette Hvalstad, líder de SUSS, el Centro para la Juventud, Co-Existencia y la Sexualidad, asegura que las muchachas adolescentes están experimentando más abiertamente con la bisexualidad que los muchachos. Sin embargo, ahora parece que los muchachos están finalmente se sienten atraídos a las niñas. SUSS está en contacto con alrededor de 25,000 adolescentes cada año y en la perspectiva de la Sra. Hvalstad, la juventud noruega es generalmente tolerante. Ella subraya que la mayoría de los adolescentes parecen tener una vida sexual tradicional, aun cuando la experimentación está en aumento.
Christian Bjørknæs, editor de la revista noruega de noticias GBLT Blikk confirma las conclusiones de Hvalstad y agrega que la juventud contemporánea no tiene necesidad alguna para categorizar a los demás o a sí mismos como gays o heterosexuales. La orientación sexual se convierte en algo cada vez menos importante en la vida de un individuo y es crecientemente percibido como algo temporal que de todas maneras puede cambiar varias veces durante la vida.
Sin embargo, él también señala que los así llamados “nuevos bisexuales” aún son llamados de forma de chanza como “homo lights” en las subculturas gay, indicando que aún hay reservas contra ellos entre los gays tradicionales.
La investigación de la Dra. Træen indica que los noruegos crecientemente están preparados para probar y jugar con sus orientaciones sexuales y este desarrollo hacia el estilo de vida bisexual también es claramente visible por todas partes de la sociedad. Muchas celebridades han anunciado en los medios de comunicación que están teniendo básicamente un estilo de vida bisexual. De forma reciente, en particular Mia Hundvin, una jugadora noruega de balonmano y que es muy famosa y exitosa, se ha destacado como abierta y concientemente bisexual en los medios de comunicación. Su matrimonio con Camilla Andersen de Dinamarca fue un evento social muy importante y esta pareja fue desplegada de manera frecuente en las primeras planas y en la televisión. Sin embargo, el 15 de enero los medios de comunicación anunciaron que luego de dos años de matrimonio, Mia Hundvin ha dejado a su esposa. Sólo dos días más tarde las páginas de sociales de los diarios de Noruega y Dinamarca publicaron fotos de Mia junto al gurú de la tabla sobre nieve Terje Håkonsen y las especulaciones sobre una relación posible entre ellos inició de inmediato.
El aspecto más interesante de este caso tal vez fue que ni un sólo comentarista mostró el interés más mínimo en la orientación sexual de alguno de los individuos en este caso. Ni siquiera se mencionó una sola palabra aun cuando todas las televisoras y diarios del país habían publicado a Mia, Camilla y Terje por días. No hace muchos años habría sido común referirse a las personas involucradas con términos clasificatorios como “la pareja lesbiana” o “la jugadora de handball bisexual” al menos una vez en cualquier artículo sobre sus vidas privadas. Parece ser que los medios de comunicación noruegos de nuestros días simplemente han perdido cualquier interés en la clasificación de individuos basados en la orientación sexual.
Una cierta normalidad se ha desarrollado. Como ha sucedido antes, los lectores y el público en general están verdaderamente interesados en la vida sexual de las celebridades, pero su orientación sexual como tal se ha convertido en un asunto irrelevante. Lo que cuenta es el individuo con el que la celebridad está teniendo un affair y si existe un drama e intriga entre ellos, pero ya nadie se preocupa de si la “víbora del paraíso” es un hombre o una mujer. Tendencias similares se pueden observar también en el discurso general sobre los matrimonios gay. Teóricamente, el sistema legal en Noruega ha mantenido una distinción entre las parejas registradas y los matrimonios, pero para todos los efectos prácticos esta distinción se ha desvanecido de la conciencia de la gente y básicamente el vocabulario es el mismo cuando se habla sobre las relaciones homosexuales y heterosexuales. El término “pareja registrada” ha desaparecido totalmente del discurso social y sólo se encuentra en la literatura jurídica técnica. El único término que cualquiera utiliza en su discurso diario para describir cualquier relación legalmente reconocida es “matrimonio”. Si estas tendencias continúan, y no existe razón para dudarlo, se puede esperar que las identidades sexuales pronunciadas desaparecerán totalmente dentro de pocas décadas y que una orientación sexual permanente será algo carente de sentido para las generaciones futuras. Lo más probable es que los “gays” y las “lesbianas” desaparecerán como categorías de distinción social, aun cuando esto también ocurrirá con las parejas “heterosexuales”.
Recientemente, Dagbladet entrevistó a Maria Mena de 16 años de edad, proveniente de Oslo, sobre la orientación sexual entre algunos adolescentes. Ella dice que se encuentra “pasándola” con otras muchachas y que no es algo complicado para ella y que se trata de algo divertido y emocionante. Ella enfatizó que a principios de su adolescencia tuvo un periodo de reflexión cuando consideró la posibilidad de que pudiera ser lesbiana. Luego discutió el asunto con sus amigas y su familia. Al final, llegó a la conclusión de que es “muy heterófila”, pero que era importante para ella pensar sobre su propia sexualidad. Muchos de sus amigos han tenido periodos de reflexión. Ella tiene muchos amigos que han salido del clóset como gay o lesbianas cuando fueron muy jóvenes, y eso nunca fue para ella ni para sus amigos un asunto complicado, aunque el curso general para los adolescentes es que evitan tal clasificación y permanecen abiertos a todas las posibles combinaciones.
Dagbladet también entrevistó a tres muchachas en un café en Tromsö, un pequeño pueblo al norte del país, y encontró básicamente los mismos resultados. Cada una de las muchachas han experimentado con otras muchachas y enfatizan que no ha sido algo controversial. Una de ellas subrayó que se trataba de hacerlo para divertirse, pero que no lo haría con todo el mundo sino con alguna amiga y, ella afirma, de una forma muy inocente. También se siente atraída por muchachos que se enamoran de muchachas. Esta joven confirma que las mujeres jóvenes en su medio parecen tener menos problemas con una experimentación bisexual en su adolescencia. Los muchachos aún se sienten preocupados por la orientación sexual, pero parece ser una tendencia general que la aceptación de la bisexualidad es algo creciente entre todos los adolescentes. En este proceso, los adolescentes también se encuentran más seguros sobre su propia sexualidad y son más abiertos respecto a su experimentación con parejas de ambos género.
(Fuente: OpcionBi.com)
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