Transcrito de Diario16 - 08.10.2012
Por Verónica Ferrari
Una de las grandes batallas que tiene que dar toda lesbiana, gay y
trans es la salida del clóset. El clóset es mantener nuestra
homosexualidad o transexualidad oculta. ¿Pero por qué la mantenemos
oculta? Porque sabemos que en una sociedad homofóbica algo malo va a
pasarnos si expresamos abiertamente nuestros deseos y nos mostramos tal
como somos.
De pequeños, aparte del acoso que sufrimos de nuestros compañeros al notar la “diferencia”, también nos exponemos a que nuestros padres nos lleven al psicólogo a tratar de “curar” algo que sabemos que no tiene cura porque no es una enfermedad, pero eso solo lo sabemos nosotros. Nuestros padres, familiares y profesores seguirán creyendo que algo incorrecto está pasándonos y querrán de todas las formas posibles devolvernos al camino “correcto”, a la heterosexualidad. Cuando crecemos, en la universidad o en el trabajo seguimos enfrentándonos a la discriminación, la violencia y la injusticia.
Muchos tenemos que vivir en el clóset para evitar humillaciones y maltratos, para poder seguir estudiando, para seguir viviendo en casa, para que no nos falte comida y una cama en donde descansar, para conseguir trabajo. Aunque, en el fondo, lo que más deseamos es expresar nuestros afectos libremente, tomar de la mano a nuestra pareja y poder abrazarla y besarla cuando nos dé la gana y donde nos dé la gana. Por eso muchos otros no soportamos seguir viviendo esta doble vida y nos arriesgamos, salimos del clóset y empezamos a vivir con libertad, a pesar de todas las consecuencias que tengamos que afrontar. Todo lo malo no tiene comparación a vivir plenamente lo que somos.
Al salir del clóset nos damos cuenta de quiénes nos quieren y quiénes nos desprecian. Tener esa claridad no tiene precio. De ahí en adelante, solamente tendrás en tu vida a gente que realmente te ama. Tomemos la decisión más tarde o más temprano, lo importante es comprender que el clóset es solo un refugio momentáneo en nuestras vidas, es un lugar intermedio para dar el salto a la libertad, es una posibilidad de sobrevivir al odio y la violencia que vivimos diariamente, pero no es el lugar en donde debemos quedarnos.
Vivir en el clóset es vivir indignamente y nadie tiene por qué vivir así. Que nos quedemos en el clóset es exactamente lo que quiere esta sociedad homofóbica. Salir puede traernos riesgos y complicarnos la vida, pero mantenernos en el clóset nos hace vivir ‘medias vidas’, vidas indignas, vidas mediocres. Entre vivir cobardemente o vivir con valentía, no existe opción.
VIVIR EN EL CLÓSET ES VIVIR INDIGNAMENTE Y NADIE TIENE POR QUÉ VIVIR ASÍ. QUE NOS QUEDEMOS EN EL CLÓSET ES EXACTAMENTE LO QUE QUIERE ESTA SOCIEDAD HOMOFÓBICA.
(Verónica Ferrari es Linguista, Directora Ejecutiva del MHOL y Columnista de Diario 16)
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