Sacerdote católico colocó en todo lo alto de su parroquia la bandera del Arco Iris, confraternizándose con la comunidad LGTB en las celebraciones del Orgullo.
Se llama Francisco Pérez Bello y hace en su parroquia lo que deberían hacer todos los “consules” del Papa Ratzinger: Dar la bienvenida a TODOS los que quieran entrar en ella.
Paco Bello, como lo llaman cariñosamente los que le conocen, es el párroco de La Garita y Marpequeña, dos barrios residenciales del Municipio de Telde, segunda ciudad de Gran Canaria - España. Y sus actuaciones han estado frecuentemente marcadas por la polémica, porque al final, ser consecuentes nos hace ser con frecuencia a ojos ajenos, extravagante, y es lo que ha pasado con Paco y su proyección y compromiso social, docente y participativo.
La última acción disonante de Paco, ha sido la colocación en todo lo alto de su parroquia de La Garita, de una bandera del arco iris, en los días en que en todo el Mundo celebra el Día del Orgullo. No es la primera vez que en su parroquia ondea una bandera polémica, tiempo antes colocó también sobre su iglesia una enseña canaria con las siete estrellas verdes, vinculada al independentismo, para el lo más importante es su tierra canaria.
Le han llovido varapalos de encaje, rosarios de perlitas y miriñaques de luto, de aquellos que acuden a las procesiones de Semana Santa con esencias de Loewe y bolsitos apagados de Louis Vuitton. Y es que levantar la mano con nervio durante una muy seria lección magistral nunca ha estado en realidad muy bien visto. Y si se hace dos y tres veces, aún menos. El problema no está en esa mano que se levanta e interrumpe para hacer más rico el debate, sino en todas las demás que no lo hacen. O sí lo hacen, pero para acusar con el dedo erecto a la que rompe el discurso gótico, estirado, oscuro. Viva Paco y sus salidas de tono, que hacen de los Corderos de Dios, Legionarios del Prójimo.
(Fuente: AmbienteG.com, Canarias7.es)
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