Encontramos éste artículo escrito por madres y padres de chicas y chicos LGBT para madres y padres de chicas y chicos LGBT, nos pareció de mucho interés y creemos que puede servir de ayuda tanto para nuestros padres como para nosotras, a leer se ha dicho. (glp)
Primeras preguntas:
¿Por qué tuvo que decírnoslo? ¿Por qué nos hizo esto? ¿Debemos buscarle tratamiento? ¿Por qué se volvió lesbiana, gay o bisexual? ¿Qué hicimos mal? Entonces, ¿por qué es 'así'? Pero, ¿no es la homosexualidad innatural? ¿Y por qué me cuesta tanto aceptar la orientación sexual de mi hija o hijo?
Preocupaciones de las madres y padres por las hijas o hijos:
¿Tendrá problemas para encontrar y mantener empleo, sufrirá rechazo o marginación? ¿Vivirá en soledad su vejez si no tiene su propia familia? ¿Y sobre el SIDA? ¿Está en pecado?
Preocupaciones propias de las madres y padres:
Aunque aceptemos la situación ¿por qué tienen que hacer alarde de ella? ¿Debemos decírselo a la familia? ¿Y al vecindario?
¿Qué hacen otras madres y padres ante esto?
PRIMERAS PREGUNTAS
¿Por qué tuvo que decírnoslo?
Muchas madres y padres piensan que serían mucho más felices sin enterarse. Recuerdan la época en que no lo sabían como un pasado libre de problemas, ignorando la distancia que les separaba de su hija o hijo. Usted debe tener en cuenta, sin embargo, que si usted no lo supiera no conocería realmente a su hija o hijo. Una gran parte de su vida sería un secreto para usted, y nunca llegaría a conocer a ese ser humano en su totalidad. Y después de todo, ¿quién debería conocerle sino usted?
Creemos que comprendemos a nuestras hijas e hijos desde que nacen; creemos saber lo que sienten y piensan. Por eso, cuando nos dicen "soy lesbiana" o "soy gay", y no teníamos ni idea (o no queríamos verlo), a menudo la reacción es de choque y desorientación. Madres y padres tenemos un sueño, una imagen de lo que pueden o deben ser nuestras hijas e hijos. Son sueños que provienen de nuestro propio pasado, de lo que hubiéramos querido ser o hacer mientras crecíamos, y de lo que en nuestra cultura se nos ha enseñado a ser o hacer. A pesar de que buena parte de quienes nos rodean son lesbianas o gays, la sociedad nos prepara sólo para soñar que nuestras hijas e hijos serán heterosexuales. Por eso, el choque o la confusión que usted siente es una parte natural del proceso de afrontar una pena profunda, una pérdida: usted ha perdido la ilusión de creer que sabía lo que su hija o hijo sentía y quería. Claro que, si se para a pensarlo, esa desilusión también la tendrá si su hija o hijo no fuera homosexual: a menudo las hijas e hijos nos dan sorpresas desagradables, no se casan con el tipo de persona que preferiríamos, no eligen el trabajo que nos gustaría, no viven donde querríamos. Sin embargo, en nuestra sociedad estamos mejor preparados para aceptar todas estas situaciones que la orientación sexual "no tradicional" de nuestras hijas o hijos.
Si su hija o hijo le reveló su orientación sexual voluntariamente, ya se ha avanzado mucho. Su decisión de confiarle algo que nuestra sociedad condena demuestra mucha valentía por su parte: su hija o hijo le tiene mucho cariño y confianza, y espera contar con su apoyo. Ahora puede ser el momento de que usted le demuestre la misma valentía, apoyo, confianza y amor, y de que se conozcan y quieran como realmente son.
Por otro lado, si su hija o hijo ha tardado mucho en decírselo, o incluso si lo ha tenido que descubrir usted por otros medios, quizá lo interprete usted como falta de confianza: es doloroso descubrir que no conoce a su hija o hijo como creía, y que le ha excluido a usted de una parte de su vida. Pero esta situación ocurre en toda relación con hijas e hijos, sean homosexuales o heterosexuales. En el proceso de hacerse personas adultas, hijas e hijos pueden llegar en muchas otras cuestiones a conclusiones distintas de las de usted sin consultarle. Pero en este caso la situación es muy difícil, porque la conclusión a la que ha llegado su hija o hijo es muy importante, y seguramente totalmente inesperada para usted. Quizá le ha mantenido al margen de lo que pensaba y sentía durante mucho tiempo: muchas lesbianas y gays lo hacen para tratar de comprender primero lo que les está pasando.
Dado que vivimos en una sociedad que no comprende o que teme a lesbianas y gays, les cuesta bastante tiempo reconocer y aceptar su propia orientación sexual, analizar lo que sienten y hallar la valentía para decírselo a su madre o a su padre. Por lo tanto, aunque usted se lamente por no haber podido ayudar a su hija o hijo durante ese periodo difícil de su vida, o aunque crea que tal vez el resultado hubiera sido diferente si se enteraba e intervenía antes, comprenda que probablemente su hija o hijo no podía habérselo dicho antes. Lo más importante es que ahora necesitan una relación más abierta y sincera.
¿Por qué nos hizo esto?
Muchas madres y padres sienten un amargo resentimiento hacia el hecho de la homosexualidad de su hija o hijo. Este sentimiento está basado en el falso entendimiento de que ser homosexual es algo elegido, que ésta fue una decisión deliberada, y que quizás, incluso, fue hecha para herirles. De hecho, las personas homosexuales no eligen su orientación sexual. Todas las personas somos simplemente lo que somos: nuestras relaciones amorosas pueden ser heterosexuales u homosexuales durante toda la vida o variar a lo largo de ella, pero siempre responden a nuestra verdadera naturaleza en ese momento: no decidimos lo que sentimos. La única alternativa que tienen lesbianas, gays y bisexuales es mostrarse honestamente como quienes son, o esconderlo. Esconderlo impone una tremenda carga. Significa vivir una mentira día tras día. ¿Qué padre o madre podría querer que su hija o hijo tenga que vivir de esa manera?
¿Debemos buscarle tratamiento siquiátrico o sicológico?
Hoy en día es generalmente reconocido por la comunidad psiquiátrica que la homosexualidad no es una enfermedad. En diciembre de 1973 la Asociación Psiquiátrica Americana (en los Estados Unidos) declaró que la homosexualidad en sí no es un desorden mental o una enfermedad. La Asociación Psicológica Americana ha tomado igualmente la posición oficial de que no sería ético tratar de cambiar la orientación sexual de una persona homosexual. Posteriormente, en el resto de los países desarrollados -incluida toda la Unión Europea-se ha ido adoptando la misma posición.
Sin embargo hay casos para los cuales es beneficioso consultar con personas expertas en temas familiares y orientación sexual. Es posible que usted se de cuenta de que su hija o hijo se siente infeliz y necesita ayuda para aceptarse como es: a menudo las lesbianas y los gays tienen dificultad en aceptar su identidad sexual; en tal caso el auto-rechazo podría causar un estado emocional peligroso. Puede que usted sienta que necesita ayuda para comunicarse mejor con su hija o hijo durante este período, o simplemente le convenga hablar con alguien sobre sus sentimientos y resolver sus conflictos internos. En todos estos casos pueden serle de ayuda apoyos, información o recursos terapéuticos. Puede usted buscarlos por su cuenta, asegurándose de que tengan una visión actual de la cuestión, o contactar con otras madres o padres o grupos de defensa de los derechos de lesbianas y gays que conocerán recursos adecuados como terapeutas o asesores cualificados cuya "imparcialidad" puede usted contrastar.
¿Por qué se volvió lesbiana, gay o bisexual?
Usted podría pensar que alguien indujo a su hija o hijo a ser homosexual. Existe la falsa idea de que las personas homosexuales "reclutan" a otras. Pero la verdad es que esto no sucede. Nadie -persona, grupo o "malas compañías"- puede "seducir" o "convencer" a otra persona para que tenga relaciones homosexuales, si estos sentimientos no existen en esa persona.
Por la misma razón nadie puede "volverle normal": esto no depende de que encuentre (ni de que le busquen) alguien del sexo contrario que le haga "descubrir" la heterosexualidad. Sus sentimientos respecto a las personas de uno y otro sexo variarán o no a lo largo de su vida, pero ni su hija o hijo pueden "decidirlo" ni usted puede imponérselo.
¿Qué hicimos mal?
La mayoría de madres y padres se sienten culpables cuando se enteran por primera vez. Creen que la forma en que criaron a su hija o hijo es la causa de su preferencia sexual. Quizá han oído teorías sin fundamento sobre que la homosexualidad es causada por cierto tipo de personalidad en la madre o el padre o por la ausencia de una u otro.
Estas teorías han sido descartadas por la siquiatría y la sicología. Las personas homosexuales provienen de todo tipo de familias. Algunas tienen madres dominantes, otras tienen padres dominantes, otras no. Unas han sido educadas con rigidez y otras no; y han recibido muy distintas orientaciones y modelos sobre cómo debe ser o actuar una mujer o un hombre. Algunas fueron hijas o hijos únicos, otras fueron la hermana o hermano mayor, del medio o la hermana o hermano menor. A veces tienen más hermanas, hermanos o parientes homosexuales, otras veces no. Y en muchos casos se criaron en lo que la sociedad considera "familias modelo".
Entonces, ¿por qué es 'así'?
Muchas madres y padres quieren saber si hay un componente genético o biológico en la homosexualidad. Se han hecho estudios sobre la relación entre la homosexualidad y la genética, pero hasta el momento no hay ningún estudio que determine claramente la causa de la homosexualidad ni de la heterosexualidad. Hoy se considera que la sexualidad no tiene sólo un fin reproductivo, sino de relación y gratificación, por lo que todas las personas tienen, al nacer, la posibilidad de desarrollar su sexualidad relacionándose con personas de uno o de otro sexo, o de ambos. Pero no se pide a la gente heterosexual que justifique su orientación sexual, simplemente porque es la mayoritaria y está socialmente aceptada.
¿El apoyo o amor que usted siente por su hija o hijo depende de saber exactamente la causa de su homosexualidad?¿No se merece siempre ese amor una hija o hijo heterosexual aunque no sepamos por qué siente atracción hacia una persona determinada? Aunque tengamos curiosidad, en realidad no es tan importante saber porqué su hija o hijo es homosexual para darle todo el apoyo que se merece.
Pero, ¿no es la homosexualidad anti-natural?
La homosexualidad no es innatural puesto que existe en la naturaleza. Se conocen muchas especies animales en las que la sexualidad cumple no sólo un papel reproductivo, sino de relación social: a veces como refuerzo de la cohesión del grupo, otras veces como medio para establecer las jerarquías, otras como nexo en parejas que no pueden ya reproducirse, e incluso existen especies que practican relaciones sexuales entre miembros del mismo género cuando no están en la época del celo reproductivo...Por otro lado, la especie humana no tiene un período anual de celo reproductivo, sino que ha adaptado históricamente su sexualidad a sus necesidades sociales y culturales.¿Podríamos decir que hoy día las relaciones entre hombres y mujeres son "naturales" con el uso de píldoras anticonceptivas y preservativos ?Alguien podría decir que no, pero los medios de control de la natalidad (dirigidos al placer y no a la reproducción) están tan aceptados en nuestra cultura que se admiten como parte de nuestras necesidades, y en este sentido se ven como algo "natural". El ser humano es un ser social y cultural, y su naturaleza incluye lo que su sociedad y cultura acepta y desarrolla. Otra cosa son las distintas visiones éticas y morales que en nuestras sociedades conviven: algunas pueden o no condenar las relaciones homosexuales, pero creemos que esto responderá a su ideología, no a lo que es o no natural.
Es tan natural para una persona el ser heterosexual como lo es para otra el ser homosexual. No sabemos porqué las personas son homosexuales, pero sí sabemos que siempre hubo, hay y habrá homosexuales. Y de hecho existen, y han existido, culturas como la Grecia Antigua donde las relaciones homosexuales estaban tan "bien vistas" como las heterosexuales.
Actualmente se estima que el 10% de la población es lesbiana, gay o bisexual; al menos una persona en cada cuatro familias. Para estas personas su homosexualidad o bisexualidad es su verdadera naturaleza. Pedirles que se comporten de otra manera sería pedirles que se comporten innaturalmente.
¿Y por qué me cuesta tanto aceptar la orientación sexual de mi hija o hijo?
El miedo o recelo que usted siente es producto de nuestra cultura. Por un lado, sentimos incomodidad al hablar de sexualidad, más si es la de nuestras hijas o hijos. Pero debemos recordar que cuando nos hablan de su preferencia sexual, no intentan darnos detalles de sus prácticas sexuales, sino de sus sentimientos hacia unas personas u otras, de la misma forma que cuando hablamos de cómo van nuestros matrimonios o nuestras relaciones de pareja no estamos necesariamente hablando de lo que hacemos en la cama.
Por otro lado, la homofobia -el miedo o el odio a las personas homosexuales- es demasiado fuerte en nuestra sociedad como para que usted pueda eliminarla de su mente con facilidad.
Durante muchos siglos se creyó que la misma supervivencia de la sociedad estaba unida a un modelo de familia, de sexualidad y de reproducción que garantizara un crecimiento de la población y una estructura social determinada. El estado, la religión e incluso la ciencia se ajustaron a este modelo y se persiguió toda forma "distinta" de relación sentimental y sexual entre las personas creándose todo tipo de normas y castigos para reprimirlas. Era imposible que esto cambiara los sentimientos y los deseos de las personas homosexuales, pero sí consiguió que los ocultaran y que se impusiera la "familia tradicional" como la única "aceptable". De tal forma que, incluso sin darnos cuenta, seguimos teniendo aún estas ideas metidas en la cabeza, ya que se nos bombardea con ellas desde que nacemos.
PREOCUPACIONES DE LAS MADRES Y PADRES POR LAS HIJAS O HIJOS
¿Tendrá problemas para encontrar y mantener empleo, sufrirá rechazo o marginación?
Tenemos que responder que sí, desafortunadamente, estas cosas son posibles. Esto depende de dónde decida vivir, qué tipo de trabajo desee y con qué apoyos cuente: cosas que hace años eran muy difíciles -y lo siguen siendo en ciudades pequeñas o ciertos países-son hoy día mucho más aceptadas; nos consta que las actitudes hacia las personas homosexuales han ido mejorando y son más positivas en muchos lugares. También hay un creciente número de grupos -no sólo de lesbianas y gays, sino Organizaciones pro-Derechos Humanos, Partidos o Sindicatos que están trabajando hacia esos cambios y que están listos para ayudar a quienes tengan momentos difíciles. Existen todo tipo de situaciones, pero debe saberse que la posibilidad de una vida feliz para lesbianas y gays no es hoy día sólo una reivindicación, una teoría o un deseo: muchas lesbianas y gays, con o sin pareja, viven con plena integración en su entorno social, laboral, amistoso e incluso familiar, con parecidas dificultades y proyectos que el resto de las personas; aunque persistan, claro está, actitudes y situaciones discriminatorias en nuestra sociedad -como, por otro lado, persisten también respecto a otras minorías.
¿Vivirá en soledad su vejez si no tiene su propia familia?
No especialmente: debemos recordar que esto le sucede muy a menudo a todo el mundo. Maridos o esposas mueren, matrimonios se disuelven, las hijas o hijos a menudo viven lejos y muchas parejas jóvenes no tienen descendencia. Muchas madres y padres tenemos que adaptarnos a menudo a la soledad de nuestra vejez. Por otro lado, muchas lesbianas y gays desarrollan relaciones duraderas y la comunidad gay presta un cálido apoyo a sus miembros.
Cuanto más se les facilite "salir del armario," o sea, reconocer su orientación sexual y darla a conocer a las demás personas, más lesbianas y gays tendrán la oportunidad de vivir por toda su vida como parte de una comunidad. Las lesbianas y los gays incluyen bajo su concepto de "familia" no sólo a su familia consanguínea, sino también a sus compañeras o compañeros de muchos años o de toda una vida. Existen, por otro lado, organizaciones de lesbianas y gays, pero también de simpatizantes y familiares, que se ocupan de atender estas necesidades sociales o de reclamar al Estado las ventajas que la Seguridad Social, las leyes o las empresas otorgan al resto de las parejas.
¿Y sobre el SIDA?
El SIDA no es una enfermedad "gay". Las lesbianas, por ejemplo, son uno de los colectivos que menos la padece en nuestra sociedad. Esta es una enfermedad transmitida sexualmente, la cual puede ser también transmitida por agujas o jeringas no esterilizadas. En África la enfermedad ha atacado a heterosexuales predominantemente; en los Estados Unidos se tuvo inicialmente noticia de ella entre los homosexuales del sexo masculino. Estudios recientes han mostrado que actualmente se está igualmente propagando entre heterosexuales. La infección afecta fundamentalmente a los drogadictos en los Estados Unidos y Europa, a través de jeringas y agujas no esterilizadas, y en los países con escasos recursos sanitarios se propaga además debido a la esterilización inadecuada cuando se recibe atención médica.
El SIDA es difícil de adquirir. No hay nada que indique que sea transmitido de ninguna manera sino por aquellos medios ya indicados, por lo tanto no existe razón alguna para suponer que una orientación sexual determinada conlleve un mayor riesgo de contraer el SIDA. Todo el mundo está igual de expuesto si no utilizamos las precauciones necesarias: usar preservativos en las relaciones sexuales con personas que puedan estar contagiadas, y evitar compartir instrumentos cortantes (cuchillas, jeringuillas...) con personas que puedan estar contagiadas. Toda madre y padre deben asegurarse de que sus hijas e hijos (sea cual sea su orientación sexual) entienden cómo se transmite el SIDA y cómo protegerse.
En cualquier caso, si su hija o hijo ha sufrido el contagio del VIH o si tiene SIDA, necesita de su apoyo más que nunca, y debe usted saber que muchas personas y organizaciones locales y nacionales le pueden ayudar a obtener cuidados médicos, sociales y sicológicos, y ponerle en contacto con familias en las mismas circunstancias. Puede obtener los contactos necesarios en los Servicios Sociales de su Ayuntamiento o Comunidad, o a través de organizaciones no gubernamentales. Recuerde que la relación con su hija o hijo puede volverse ahora más estrecha, pero su familia tendrá que adaptarse a las circunstancias físicas y emocionales que los cambios de su salud produzcan.
¿Está en pecado?
Esta es una de las preguntas más difíciles para las personas religiosas. Es verdad que las jerarquías de muchas religiones siguen condenando la homosexualidad, pero aún en esas religiones hay líderes muy respetables que creen que esas actitudes son erróneas e inaceptables. Y como ha sucedido, por ejemplo, en la cuestión del papel de las mujeres en la sociedad, las nuevas interpretaciones van avanzando.
En 1997 los obispos católicos de Estados Unidos publicaron una pastoral exhortando a madres y padres a amar y apoyar a sus hijas lesbianas o hijos gays. En 1994, los obispos episcopales de Estados Unidos escribieron una carta pastoral que decía: "Así como lo es para las personas heterosexuales, la experiencia de un amor duradero entre personas homosexuales puede ser una manera de unirse a Dios".
En ningún lugar de la Biblia hay mención de aquellas personas cuya verdadera naturaleza es homosexual. Ni los Diez Mandamientos ni el Evangelio mencionan la homosexualidad. Quienes estudian la Biblia nos dicen que las prohibiciones frecuentemente citadas -fuera de contexto -en Levítico 18:22 y 20:13, y en la Epístola de San Pablo a los Romanos 1:26'27, se refieren a la prostitución masculina en los templos (de igual modo que se condena la prostitución femenina), no a la homosexualidad en sí misma.
Le pedimos a usted que escuche a sacerdotes, ministros y rabinos que han estudiado la pregunta, y han obtenido otras respuestas. Puede encontrar algunos ejemplos a continuación.
Católico:
Debido a las condiciones diversas de los humanos sucede que algunos actos les son virtuosos a algunas personas, tan apropiados y adecuados para ellas mientras que esos mismos actos le son inmorales a otras, tan inapropiados para ellas. (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae.)
La homosexualidad no tiene necesariamente nada que ver con el pecado, la enfermedad o el fracaso…Supuestamente el pecado por el cual Dios destruyó a Sodoma fue la homosexualidad. Ese es el gran mito. Yo descubrí a través de mi investigación que esto no era verdad. El pecado de Sodoma y Gomorra fue la inhospitalidad a un extraño…En Mateo, Jesús le dice a sus discípulos: "Vayan y prediquen el Evangelio, y si llegan a algún pueblo y ellos no los reciben bien, si son inhospitalarios, sacúdanse la arena de las sandalias y será peor para ese pueblo de lo que fue para Sodoma…" Los cuatro evangelios no mencionan nada sobre el tema de la homosexualidad.
(John J. Mitchell, S.J., en entrevista con Charles Ortleb en la revista Christopher Street, octubre de 1976.)
Protestante:
¿Creo yo que la homosexualidad es un pecado? La homosexualidad, al igual que la heterosexualidad, no es ni una virtud ni un logro. La orientación homosexual se produce a través de un conjunto extremadamente complejo de factores químicos, biológicos, cromosomáticos, hormonales, ambientales y de desarrollo, los cuales están totalmente fuera del control de mis amigos homosexuales. Su homosexualidad no es una virtud ni un pecado. Lo que ellos hagan con su homosexualidad, sin embargo, es, sin duda alguna, su responsabilidad personal, moral y espiritual. El comportamiento de cualquier persona (homosexual o heterosexual) puede ser pecaminoso -brutal, abusivo, egoísta, promiscuo, superficial... O bello, lleno de ternura y de consideración, leal, desinteresado y profundo. Así como cada cual sabe que son sus hijos en el resto de las facetas de su vida, así serán en sus relaciones amorosas.
Con esta interpretación del misterio que debe ser atribuida a ambas orientaciones, la heterosexual y la homosexual, yo claramente no creo que la homosexualidad sea un pecado.
(Obispo Melvin E. Wheatley, Jr. Metodista jubilado 11/20/81)
Judío:
Ante todo, el judaísmo siempre ha enfatizado la importancia y la santidad del individuo. Los rabinos antiguos semejaban cada vida humana al mundo entero. "¿Por qué creó Diosa cada ser humano distinto, no estampándonos como tantas monedas?" se preguntaban los rabinos. "Para mostrarnos que cada persona es única," contestaron ellos. El judaísmo siempre ha celebrado la vida humana y siempre ha estimado la libertad como el vehículo a través del cual cada individuo único puede desarrollar su potencial.
Es por esta razón, y puesto que nosotros los judíos hemos aprendido directamente cuan sofocante y destructiva es la opresión, que el movimiento de Reforma Judaica en todas sus gamas, ha hecho un llamado para que se proponga legislación para los derechos de los gays. Aún cuando todas las ramas del judaísmo no estén de acuerdo, el judaísmo liberal reconoce que las censuras religiosas en contra de la homosexualidad fueron un producto de su tiempo y lugar, una época antigua durante la cual la existencia misma dependía de que cada miembro de la sociedad tuviese hijos para poblar las fronteras y abastecer el ejército. Eso fue ya hace mucho tiempo, antes de que la ciencia moderna y la psiquiatría nos trajesen a un nuevo entendimiento de la naturaleza humana. Nosotros los judíos hemos incorporado los últimos conocimientos a nuestro judaísmo, esa adaptabilidad es por la cual hemos sobrevivido, y por la cual tantas prohibiciones Bíblicas son pasadas por alto. Los judíos pensantes de hoy día al igual que todas las personas pensantes rehusarán invocar reglas homofóbicas de entre todas esas leyes que han sido olvidadas desde hace tanto tiempo. Después de todo, aún el más ortodoxo ya no apedrea a los niños desobedientes hasta matarlos, ni los cristianos fundamentalistas nos piden que sigamos los rituales KOSHER, siendo estas sólo dos de las reglas encontradas en la Biblia. ¿Si nosotros los judíos, que siempre hemos sido víctimas por el hecho de ser diferentes, no logramos aceptar, quien entonces en nombre de Dios lo hará?
(Rabino Charles L. Lippman, 1985.)
PREOCUPACIONES PROPIAS DE LAS MADRES Y PADRES
Aunque aceptemos la situación ¿por qué tienen que hacer alarde de ella?
Muchas veces, aún quienes han aceptado la homosexualidad de su hija o hijo se quejan del comportamiento abierto. Se incomodan y enojan al ver demostraciones de afecto o de atracción sexual en público entre personas del mismo sexo. Nuestra opinión es que esto es un resultado normal de la manera en que se nos educó y de lo que se nos ha enseñado sobre el sexo en general, particularmente sobre la homosexualidad. A pesar de que esto es completamente comprensible, debemos verlo como nuestro problema, y no el problema de las personas homosexuales. Si las personas heterosexuales pueden demostrar afecto abiertamente en público, no hay razón lógica por la cual las homosexuales no puedan hacerlo también.
Cuando una hija lesbiana o un hijo gay hablan con naturalidad de su pareja o de sus relaciones, no están alardeando de su vida sexual, sólo están haciendo lo que todo el mundo cuando hablamos de nuestros matrimonios o familias. Si usted siente que la conducta sexual o las demostraciones de afecto deben ser algo privado, entonces esto debe aplicárselo a todo el mundo -incluidas, cuando las hay, otras hijas o hijos no homosexuales.
Por otro lado, para muchas lesbianas y gays, mostrar un comportamiento abierto o símbolos (camisetas, "pins", etc) lésbicos o gays es una manera de reivindicar públicamente sus derechos en una sociedad donde aún queda mucho por andar al respecto.
¿Debemos decírselo a la familia?¿Y al vecindario?
Las madres y padres que tienen dificultad en aceptar la homosexualidad de sus hijas o hijos se preocupan a menudo de que la gente vaya a enterarse. Se preguntan cómo responder a las preguntas que la familia hace con frecuencia: "¿Tiene novio (o novia)?" "¿Cuándo se casa?".
Lleva tiempo aprender a aceptar a su hija o hijo y hasta entonces, no debe sentirse usted en la obligación de "defenderle" ante la gente, pero tampoco de "disimularlo". De igual modo que no es usted "culpable" de la orientación sexual de su hija o hijo, tampoco es responsable de la actitud de la gente hacia ella o hacia él. Actúe como más cómodo le resulte en sus relaciones cotidianas: al fin y al cabo es lo que su hija o hijo ha hecho, en cierto sentido, al "salir del armario". Cuando tenga seguridad sobre sus propios sentimientos e información sobre la materia, entonces podrá hablar sobre la orientación sexual de su hija o hijo con otras personas y ayudarles a comprender que el prejuicio contra la homosexualidad está basado en el temor y el desconocimiento.
Puede preguntarle a su hija o hijo cómo quiere que trate usted el tema con otras personas. Si le pide a usted que no desvele su homosexualidad a otras personas por el temor a consecuencias negativas, debe usted valorarlas con cuidado. Quizá tema problemas laborales o en su entorno social, o simplemente no esté aún en condiciones de afrontar el tema ante personas menos cercanas que usted; en tal caso quizá pueda usted corresponder a la confianza que le muestra con la discreción que le pide. Pero es posible que necesite usted compartir sus sentimientos ante la noticia con alguien de su confianza: muy probablemente su hija o hijo lo entenderá.
Puede serle útil practicar lo que va a decir, como quien prepara un discurso. Quizá encuentre reacciones adversas, o le sorprendan las reacciones positivas. Recuerde que su hija o hijo ya pasó por un proceso similar al dar a conocer su condición: quizá pueda serle de ayuda.
¿QUÉ HACEN OTRAS MADRES Y PADRES ANTE ESTO?
Quizás la mejor manera de contestar esta pregunta es con algunas historias contadas por quienes las vivieron.
Historia de una madre.
Nosotros tenemos tres hijos, dos de los cuales son homosexuales. Cuando el mayor tenía dieciocho años él nos dijo que era gay. La respuesta de mi esposo fue sencilla: "¿Estás seguro?" Y por mi parte tuve un gran sentimiento de culpa y fracaso, preguntándome en qué habíamos fallado. Nosotros hemos sido siempre una familia unida y cariñosa y sentí temor de que nuestra relación con nuestro hijo mayor sufriera como resultado de su homosexualidad. Me preocupaba además su felicidad y bienestar futuros, también a mi esposo. Al poco tiempo me di cuenta que nuestro hijo era el mismo que siempre quise y conocí pero que a través de la honestidad ahora lo conocía mejor; la comprensión la logramos más tarde, después que nuestro hijo nos dirigió hacia el grupo de "Padres de Gays". Yo dejé de sentirme sola, nuevas ventanas de comprensión se me abrieron al hacer preguntas, escuchar y leer. Fue una etapa difícil pero positiva en mi vida que tomó tiempo y paciencia. Me siento feliz de decir que hoy nuestra familia está tan unida como siempre, pero nuestra relación es más sincera y abierta que antes.
Historia de un padre.
¿Qué sentí yo cuando supe que mi hija era lesbiana? Es difícil de decir. Fue una mezcla de sentimientos. Mi primer sentimiento: la vida va a ser difícil para ella. Ella es diferente y por lo tanto sufrirá las consecuencias de ser diferente: sospecha, temor y rechazo a manos del mal llamado "mundo normal". Ella llevará una etiqueta: "peligrosa y contagiosa, no se le acerque, protéjase". Esto me hizo sentir triste al principio, luego enojado, luego protector. ¿Cómo podría yo ayudar a mi hija? Decidí aprender más acerca de la homosexualidad. ¿Por qué sucede? ¿Puede ser curada? Más tarde me enteré que la primera pregunta hasta ahora no tiene respuesta y la segunda es ilógica, ya que no es una enfermedad.
Yo leí mucho: las opiniones expresadas por varios autores, en algunos casos diferían drásticamente, estaban basadas en sus experiencias y en lo que estaban tratando de probar. Fue mi hija quien me dirigió a mí y a mi esposa a "Padres de Gays". Fue allí donde me di cuenta que no estaba solo. Los mismos sentimientos de culpa, de insuficiencia y de pesar, eran compartidos con muchas personas. Había, sin embargo, un sentimiento que no compartía. Muchas personas estaban enojadas con sus hijos por ser homosexuales, pues sentían que esto les había traído vergüenza. Desde que nuestra hija nos dijo que era lesbiana, mi esposa y yo hemos aprendido más sobre la orientación sexual, nos hemos sentido mucho más allegados a nuestra hija. Antes de esto había veces que ella parecía alejada, infeliz e incluso impaciente con nosotros. Esto ha cambiado del todo. Yo podría continuar con muchos más detalles pero creo que las palabras dichas por mi hija recientemente lo resumen todo: "Papá, yo nunca había estado tan feliz y tranquila como lo estoy ahora, porque ustedes saben y comprenden."
Historia de una madre.
Yo diría que leer y aprender más sobre la orientación sexual es lo que más me ayudó...a abandonar algunos de los mitos que había oído...Por eso, cuanto más me informaba, más furiosa me sentía y más quería cambiar a la sociedad, no a mi hijo.
CONCLUSION
Aceptar la homosexualidad de su hija o hijo y cuestionarse las ideas preconcebidas sobre el tema lleva tiempo. Las hijas o hijos a menudo esperan que sus madres y padres los comprendan de inmediato, pero muchas veces no es posible. No se impaciente: no importa cuanto tiempo le lleve, ni que quizá no pueda llegar a imaginar cómo o porqué su hija o hijo tiene "esos" sentimientos. Si realmente desea comprenderle, usted lo logrará.
Una vez que la mayoría de la gente se adapta a la realidad de la orientación sexual de su hija o su hijo, descubre que se le abre un nuevo mundo. Primero, descubre un aspecto de su vida que no conocía. Generalmente hay un acercamiento, y la madre y el padre empiezan descubrir a las personas lesbianas y gays, y a comprender que son como cualquier otra.
Pero incluso si usted no le comprende, su hija o hijo sigue siendo la misma persona que era antes de que usted conociera esta parte de su vida: tiene las mismas virtudes o defectos que a usted le haya podido demostrar antes, y las mismas necesidades. Pero es usted quien debe decidir si su hija o hijo sigue mereciendo su afecto, aunque quizá no le sea fácil mostrarle su cercanía.
Una adaptación del inglés de "Can We Understand?", una guía preparada por los Padres y Amigos de Lesbianas y Gays de la Ciudad de Nueva York. © Federation of Parents of Lesbians and Gays, Washington, D.C. (EUA).
¿Y sobre el SIDA?
El SIDA no es una enfermedad "gay". Las lesbianas, por ejemplo, son uno de los colectivos que menos la padece en nuestra sociedad. Esta es una enfermedad transmitida sexualmente, la cual puede ser también transmitida por agujas o jeringas no esterilizadas. En África la enfermedad ha atacado a heterosexuales predominantemente; en los Estados Unidos se tuvo inicialmente noticia de ella entre los homosexuales del sexo masculino. Estudios recientes han mostrado que actualmente se está igualmente propagando entre heterosexuales. La infección afecta fundamentalmente a los drogadictos en los Estados Unidos y Europa, a través de jeringas y agujas no esterilizadas, y en los países con escasos recursos sanitarios se propaga además debido a la esterilización inadecuada cuando se recibe atención médica.
El SIDA es difícil de adquirir. No hay nada que indique que sea transmitido de ninguna manera sino por aquellos medios ya indicados, por lo tanto no existe razón alguna para suponer que una orientación sexual determinada conlleve un mayor riesgo de contraer el SIDA. Todo el mundo está igual de expuesto si no utilizamos las precauciones necesarias: usar preservativos en las relaciones sexuales con personas que puedan estar contagiadas, y evitar compartir instrumentos cortantes (cuchillas, jeringuillas...) con personas que puedan estar contagiadas. Toda madre y padre deben asegurarse de que sus hijas e hijos (sea cual sea su orientación sexual) entienden cómo se transmite el SIDA y cómo protegerse.
En cualquier caso, si su hija o hijo ha sufrido el contagio del VIH o si tiene SIDA, necesita de su apoyo más que nunca, y debe usted saber que muchas personas y organizaciones locales y nacionales le pueden ayudar a obtener cuidados médicos, sociales y sicológicos, y ponerle en contacto con familias en las mismas circunstancias. Puede obtener los contactos necesarios en los Servicios Sociales de su Ayuntamiento o Comunidad, o a través de organizaciones no gubernamentales. Recuerde que la relación con su hija o hijo puede volverse ahora más estrecha, pero su familia tendrá que adaptarse a las circunstancias físicas y emocionales que los cambios de su salud produzcan.
¿Está en pecado?
Esta es una de las preguntas más difíciles para las personas religiosas. Es verdad que las jerarquías de muchas religiones siguen condenando la homosexualidad, pero aún en esas religiones hay líderes muy respetables que creen que esas actitudes son erróneas e inaceptables. Y como ha sucedido, por ejemplo, en la cuestión del papel de las mujeres en la sociedad, las nuevas interpretaciones van avanzando.
En 1997 los obispos católicos de Estados Unidos publicaron una pastoral exhortando a madres y padres a amar y apoyar a sus hijas lesbianas o hijos gays. En 1994, los obispos episcopales de Estados Unidos escribieron una carta pastoral que decía: "Así como lo es para las personas heterosexuales, la experiencia de un amor duradero entre personas homosexuales puede ser una manera de unirse a Dios".
En ningún lugar de la Biblia hay mención de aquellas personas cuya verdadera naturaleza es homosexual. Ni los Diez Mandamientos ni el Evangelio mencionan la homosexualidad. Quienes estudian la Biblia nos dicen que las prohibiciones frecuentemente citadas -fuera de contexto -en Levítico 18:22 y 20:13, y en la Epístola de San Pablo a los Romanos 1:26'27, se refieren a la prostitución masculina en los templos (de igual modo que se condena la prostitución femenina), no a la homosexualidad en sí misma.
Le pedimos a usted que escuche a sacerdotes, ministros y rabinos que han estudiado la pregunta, y han obtenido otras respuestas. Puede encontrar algunos ejemplos a continuación.
Católico:
Debido a las condiciones diversas de los humanos sucede que algunos actos les son virtuosos a algunas personas, tan apropiados y adecuados para ellas mientras que esos mismos actos le son inmorales a otras, tan inapropiados para ellas. (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae.)
La homosexualidad no tiene necesariamente nada que ver con el pecado, la enfermedad o el fracaso…Supuestamente el pecado por el cual Dios destruyó a Sodoma fue la homosexualidad. Ese es el gran mito. Yo descubrí a través de mi investigación que esto no era verdad. El pecado de Sodoma y Gomorra fue la inhospitalidad a un extraño…En Mateo, Jesús le dice a sus discípulos: "Vayan y prediquen el Evangelio, y si llegan a algún pueblo y ellos no los reciben bien, si son inhospitalarios, sacúdanse la arena de las sandalias y será peor para ese pueblo de lo que fue para Sodoma…" Los cuatro evangelios no mencionan nada sobre el tema de la homosexualidad.
(John J. Mitchell, S.J., en entrevista con Charles Ortleb en la revista Christopher Street, octubre de 1976.)
Protestante:
¿Creo yo que la homosexualidad es un pecado? La homosexualidad, al igual que la heterosexualidad, no es ni una virtud ni un logro. La orientación homosexual se produce a través de un conjunto extremadamente complejo de factores químicos, biológicos, cromosomáticos, hormonales, ambientales y de desarrollo, los cuales están totalmente fuera del control de mis amigos homosexuales. Su homosexualidad no es una virtud ni un pecado. Lo que ellos hagan con su homosexualidad, sin embargo, es, sin duda alguna, su responsabilidad personal, moral y espiritual. El comportamiento de cualquier persona (homosexual o heterosexual) puede ser pecaminoso -brutal, abusivo, egoísta, promiscuo, superficial... O bello, lleno de ternura y de consideración, leal, desinteresado y profundo. Así como cada cual sabe que son sus hijos en el resto de las facetas de su vida, así serán en sus relaciones amorosas.
Con esta interpretación del misterio que debe ser atribuida a ambas orientaciones, la heterosexual y la homosexual, yo claramente no creo que la homosexualidad sea un pecado.
(Obispo Melvin E. Wheatley, Jr. Metodista jubilado 11/20/81)
Judío:
Ante todo, el judaísmo siempre ha enfatizado la importancia y la santidad del individuo. Los rabinos antiguos semejaban cada vida humana al mundo entero. "¿Por qué creó Diosa cada ser humano distinto, no estampándonos como tantas monedas?" se preguntaban los rabinos. "Para mostrarnos que cada persona es única," contestaron ellos. El judaísmo siempre ha celebrado la vida humana y siempre ha estimado la libertad como el vehículo a través del cual cada individuo único puede desarrollar su potencial.
Es por esta razón, y puesto que nosotros los judíos hemos aprendido directamente cuan sofocante y destructiva es la opresión, que el movimiento de Reforma Judaica en todas sus gamas, ha hecho un llamado para que se proponga legislación para los derechos de los gays. Aún cuando todas las ramas del judaísmo no estén de acuerdo, el judaísmo liberal reconoce que las censuras religiosas en contra de la homosexualidad fueron un producto de su tiempo y lugar, una época antigua durante la cual la existencia misma dependía de que cada miembro de la sociedad tuviese hijos para poblar las fronteras y abastecer el ejército. Eso fue ya hace mucho tiempo, antes de que la ciencia moderna y la psiquiatría nos trajesen a un nuevo entendimiento de la naturaleza humana. Nosotros los judíos hemos incorporado los últimos conocimientos a nuestro judaísmo, esa adaptabilidad es por la cual hemos sobrevivido, y por la cual tantas prohibiciones Bíblicas son pasadas por alto. Los judíos pensantes de hoy día al igual que todas las personas pensantes rehusarán invocar reglas homofóbicas de entre todas esas leyes que han sido olvidadas desde hace tanto tiempo. Después de todo, aún el más ortodoxo ya no apedrea a los niños desobedientes hasta matarlos, ni los cristianos fundamentalistas nos piden que sigamos los rituales KOSHER, siendo estas sólo dos de las reglas encontradas en la Biblia. ¿Si nosotros los judíos, que siempre hemos sido víctimas por el hecho de ser diferentes, no logramos aceptar, quien entonces en nombre de Dios lo hará?
(Rabino Charles L. Lippman, 1985.)
PREOCUPACIONES PROPIAS DE LAS MADRES Y PADRES
Aunque aceptemos la situación ¿por qué tienen que hacer alarde de ella?
Muchas veces, aún quienes han aceptado la homosexualidad de su hija o hijo se quejan del comportamiento abierto. Se incomodan y enojan al ver demostraciones de afecto o de atracción sexual en público entre personas del mismo sexo. Nuestra opinión es que esto es un resultado normal de la manera en que se nos educó y de lo que se nos ha enseñado sobre el sexo en general, particularmente sobre la homosexualidad. A pesar de que esto es completamente comprensible, debemos verlo como nuestro problema, y no el problema de las personas homosexuales. Si las personas heterosexuales pueden demostrar afecto abiertamente en público, no hay razón lógica por la cual las homosexuales no puedan hacerlo también.
Cuando una hija lesbiana o un hijo gay hablan con naturalidad de su pareja o de sus relaciones, no están alardeando de su vida sexual, sólo están haciendo lo que todo el mundo cuando hablamos de nuestros matrimonios o familias. Si usted siente que la conducta sexual o las demostraciones de afecto deben ser algo privado, entonces esto debe aplicárselo a todo el mundo -incluidas, cuando las hay, otras hijas o hijos no homosexuales.
Por otro lado, para muchas lesbianas y gays, mostrar un comportamiento abierto o símbolos (camisetas, "pins", etc) lésbicos o gays es una manera de reivindicar públicamente sus derechos en una sociedad donde aún queda mucho por andar al respecto.
¿Debemos decírselo a la familia?¿Y al vecindario?
Las madres y padres que tienen dificultad en aceptar la homosexualidad de sus hijas o hijos se preocupan a menudo de que la gente vaya a enterarse. Se preguntan cómo responder a las preguntas que la familia hace con frecuencia: "¿Tiene novio (o novia)?" "¿Cuándo se casa?".
Lleva tiempo aprender a aceptar a su hija o hijo y hasta entonces, no debe sentirse usted en la obligación de "defenderle" ante la gente, pero tampoco de "disimularlo". De igual modo que no es usted "culpable" de la orientación sexual de su hija o hijo, tampoco es responsable de la actitud de la gente hacia ella o hacia él. Actúe como más cómodo le resulte en sus relaciones cotidianas: al fin y al cabo es lo que su hija o hijo ha hecho, en cierto sentido, al "salir del armario". Cuando tenga seguridad sobre sus propios sentimientos e información sobre la materia, entonces podrá hablar sobre la orientación sexual de su hija o hijo con otras personas y ayudarles a comprender que el prejuicio contra la homosexualidad está basado en el temor y el desconocimiento.
Puede preguntarle a su hija o hijo cómo quiere que trate usted el tema con otras personas. Si le pide a usted que no desvele su homosexualidad a otras personas por el temor a consecuencias negativas, debe usted valorarlas con cuidado. Quizá tema problemas laborales o en su entorno social, o simplemente no esté aún en condiciones de afrontar el tema ante personas menos cercanas que usted; en tal caso quizá pueda usted corresponder a la confianza que le muestra con la discreción que le pide. Pero es posible que necesite usted compartir sus sentimientos ante la noticia con alguien de su confianza: muy probablemente su hija o hijo lo entenderá.
Puede serle útil practicar lo que va a decir, como quien prepara un discurso. Quizá encuentre reacciones adversas, o le sorprendan las reacciones positivas. Recuerde que su hija o hijo ya pasó por un proceso similar al dar a conocer su condición: quizá pueda serle de ayuda.
¿QUÉ HACEN OTRAS MADRES Y PADRES ANTE ESTO?
Quizás la mejor manera de contestar esta pregunta es con algunas historias contadas por quienes las vivieron.
Historia de una madre.
Nosotros tenemos tres hijos, dos de los cuales son homosexuales. Cuando el mayor tenía dieciocho años él nos dijo que era gay. La respuesta de mi esposo fue sencilla: "¿Estás seguro?" Y por mi parte tuve un gran sentimiento de culpa y fracaso, preguntándome en qué habíamos fallado. Nosotros hemos sido siempre una familia unida y cariñosa y sentí temor de que nuestra relación con nuestro hijo mayor sufriera como resultado de su homosexualidad. Me preocupaba además su felicidad y bienestar futuros, también a mi esposo. Al poco tiempo me di cuenta que nuestro hijo era el mismo que siempre quise y conocí pero que a través de la honestidad ahora lo conocía mejor; la comprensión la logramos más tarde, después que nuestro hijo nos dirigió hacia el grupo de "Padres de Gays". Yo dejé de sentirme sola, nuevas ventanas de comprensión se me abrieron al hacer preguntas, escuchar y leer. Fue una etapa difícil pero positiva en mi vida que tomó tiempo y paciencia. Me siento feliz de decir que hoy nuestra familia está tan unida como siempre, pero nuestra relación es más sincera y abierta que antes.
Historia de un padre.
¿Qué sentí yo cuando supe que mi hija era lesbiana? Es difícil de decir. Fue una mezcla de sentimientos. Mi primer sentimiento: la vida va a ser difícil para ella. Ella es diferente y por lo tanto sufrirá las consecuencias de ser diferente: sospecha, temor y rechazo a manos del mal llamado "mundo normal". Ella llevará una etiqueta: "peligrosa y contagiosa, no se le acerque, protéjase". Esto me hizo sentir triste al principio, luego enojado, luego protector. ¿Cómo podría yo ayudar a mi hija? Decidí aprender más acerca de la homosexualidad. ¿Por qué sucede? ¿Puede ser curada? Más tarde me enteré que la primera pregunta hasta ahora no tiene respuesta y la segunda es ilógica, ya que no es una enfermedad.
Yo leí mucho: las opiniones expresadas por varios autores, en algunos casos diferían drásticamente, estaban basadas en sus experiencias y en lo que estaban tratando de probar. Fue mi hija quien me dirigió a mí y a mi esposa a "Padres de Gays". Fue allí donde me di cuenta que no estaba solo. Los mismos sentimientos de culpa, de insuficiencia y de pesar, eran compartidos con muchas personas. Había, sin embargo, un sentimiento que no compartía. Muchas personas estaban enojadas con sus hijos por ser homosexuales, pues sentían que esto les había traído vergüenza. Desde que nuestra hija nos dijo que era lesbiana, mi esposa y yo hemos aprendido más sobre la orientación sexual, nos hemos sentido mucho más allegados a nuestra hija. Antes de esto había veces que ella parecía alejada, infeliz e incluso impaciente con nosotros. Esto ha cambiado del todo. Yo podría continuar con muchos más detalles pero creo que las palabras dichas por mi hija recientemente lo resumen todo: "Papá, yo nunca había estado tan feliz y tranquila como lo estoy ahora, porque ustedes saben y comprenden."
Historia de una madre.
Yo diría que leer y aprender más sobre la orientación sexual es lo que más me ayudó...a abandonar algunos de los mitos que había oído...Por eso, cuanto más me informaba, más furiosa me sentía y más quería cambiar a la sociedad, no a mi hijo.
CONCLUSION
Aceptar la homosexualidad de su hija o hijo y cuestionarse las ideas preconcebidas sobre el tema lleva tiempo. Las hijas o hijos a menudo esperan que sus madres y padres los comprendan de inmediato, pero muchas veces no es posible. No se impaciente: no importa cuanto tiempo le lleve, ni que quizá no pueda llegar a imaginar cómo o porqué su hija o hijo tiene "esos" sentimientos. Si realmente desea comprenderle, usted lo logrará.
Una vez que la mayoría de la gente se adapta a la realidad de la orientación sexual de su hija o su hijo, descubre que se le abre un nuevo mundo. Primero, descubre un aspecto de su vida que no conocía. Generalmente hay un acercamiento, y la madre y el padre empiezan descubrir a las personas lesbianas y gays, y a comprender que son como cualquier otra.
Pero incluso si usted no le comprende, su hija o hijo sigue siendo la misma persona que era antes de que usted conociera esta parte de su vida: tiene las mismas virtudes o defectos que a usted le haya podido demostrar antes, y las mismas necesidades. Pero es usted quien debe decidir si su hija o hijo sigue mereciendo su afecto, aunque quizá no le sea fácil mostrarle su cercanía.
Una adaptación del inglés de "Can We Understand?", una guía preparada por los Padres y Amigos de Lesbianas y Gays de la Ciudad de Nueva York. © Federation of Parents of Lesbians and Gays, Washington, D.C. (EUA).
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