18 enero 2009

Amar o no amar, esa es la cuestión

Por Julia Mercado - Grupo Lesbos

Amor, dice el diccionario, es sentimiento que inclina el ánimo hacia lo que le place, sentimiento apasionado hacia una persona del sexo opuesto. Y en el diccionario de sinónimos y contrarios dice: Amor, querer, estimar, afeccionar, adorar, apreciar, estar prendado; y lo contrario: odiar, apegarse, complacerse en, encapricharse de, entregarse, apasionarse...


El amor no es pasión, pero sin deseo no es posible la pareja. Y ... los que creímos en el amor y por esa palabra lo abandonamos todo no sabemos amar. Eso es en el fondo de los fondos la mayoría del amor homosexual, que no dudo en poner en dialéctica, ya que se funda en el deseo, llega a altas cimas por la libertad y en busca de su identidad confunde la idealización con el amor maduro. Esto es en muchos casos. Nos quedamos como adolescentes a causa de las fijaciones y sentimos que el desgarro emocional y el peso de la soledad nos aplasta y nos urge encontrar un sustituto o sustituta sin que ello esté hecho con armonía y encanto, con conciencia y verdadera libertad. Es el miedo a la soledad.

No se ama solamente con la atracción, ni sólo con el deseo, se ama con la comunicación en simbiosis con el deseo. Se ama cuando creemos y sentimos que la persona que tenemos al lado puede ser nuestra compañera y que con ella evolucionaremos, a pesar de los problemas que evidentemente se dan en todos los casos. Esa persona es en sí misma independiente de nos, pero también es con la que no nos da miedo el compromiso y queremos una continuidad, es nuestro espejo y nuestra razón para no sentirnos aislados de esa «rara avis» que es el amor, y la elegimos libremente escogiéndola entre otras. Hablamos de pareja y muchas de las veces tan sólo es una anécdota que dura 2 o 6 años o unos meses a lo largo de toda una vida con un promedio de 70 años. Confundimos la pasión que sólo devora con el amor, que enriquece y nos estabiliza. La pasión es algo que debiéramos vivir una vez a lo largo de la vida para saber que, muy al contrario del amor, ésta nos hace seres sin personalidad, esclavos de un deseo insaciable que dura unos pocos meses.

¿Qué es el amor homosexual?, me pregunto muchas veces cuando sólo lo definen por la orientación sexual, y no encuentro respuestas claras. Respetando cualquier opinión al respecto, me atrevo a no quedarme tan sólo con la idea del amor, porque quiero realidades o saberlas causas por las cuales las parejas duran tan poco. Nunca he dejado de sentirme mujer por amar a otra, ni he querido ser hombre para gustar más. Amé de verdad y con mayúsculas y me costó años de sentirme sola, considerarme un bicho raro y enfrentarme con la sociedad, con la iglesia y con la idea de Dios; aunque creo que Dios no está reñido con el amor. Por todo esto me niego a llamar sexo a la homosexualidad. Es algo más profundo. Además de transgredir lo establecido, es creer en la libertad y no renunciar a nosotros mismos.

A través de mi vida he visto mujeres masacradas impunemente por otras a causa de dinero o de otros intereses; he visto alcohol y drogas, las parejas intercambiarse sin ningún escrúpulo o mujeres que por soledad han salido con otras engañándolas. Lo importante es amar y dejarse amar con dignidad. Aprender. Creo en la libertad dentro de la relación, lo que nunca es hacer el amor libre.

Acepto, considero y respeto profundamente a todas aquellas mujeres que han sentido de una manera diferente su homosexualidad y les propongo que expongan su opinión. Pero con cierta tristeza advierto que en esta sociedad adicta al consumo quieren hacer del amor una clase de adicción y se trata de reconvertir en basura uno de los más grandes sentimientos de la raza humana, que milagrosamentere nace en nuestro tiempo a pesar de todo. El único medio de no perecer es mantener en alto el estandarte de la autenticidad de unos valores que no necesitan defensa ni justificación alguna, aunque sea brillante, porque simplemente «son».

(Fuente: relatoslesbicos.homestead.com)

No hay comentarios: