Para no creerlo, las violaciones "correctivas" son un crimen de odio al cual muchas mujeres lesbianas sudafricanas están expuestas día a día. Apoyemos en la Petición a ésta causa, sólo debes poner tu nombre, correo y país-ciudad. No pierdes nada. Como opinión personal, considero que a estas alturas las organizaciones de ayuda deberían incentivar el aprendizaje de diversas disciplinas de defensa personal, no se puede esperar que estos tipos cambien, hay que aprender a defenderse.
(Global Voices).- La violación correctiva es una práctica criminal, a través de la cual los hombres violan lesbianas, supuestamente como medio para “curar” la orientación sexual de la mujer. A pesar de ser Sudáfrica la primera nación en el mundo en ilegalizar la discriminación basada en la orientación sexual, el primer país africano en legalizar el matrimonio del mismo sexo y la primera república del mundo en garantizar a los ciudadanos LGBT iguales derechos en todos los aspectos de la vida (incluyendo la adopción y el servicio militar), los casos de violación correctiva han ido en aumento.
Luleki Sizwe es una organización benéfica de Sudáfrica que trabaja para rescatar, apoyar, alimentar y cuidar la salud a las sobrevivientes de la violación correctiva. Luleki Sizwe fue fundada en 2007 por la activista de la comunidad Ndumie Funda, después que su novia fue víctima de una violación correctiva.
Según Luleki Sizewe cada semana más de 10 lesbianas son violadas o ultrajadas por pandillas sólo en la localidad de Ciudad del Cabo (segunda ciudad más poblada de Sudáfrica después de Johannesburgo).
Luleki Sizwe creó una petición en change.org dirigida al Ministro de Justicia sudafricano, Jeffrey Radebe, exigiendo que el gobierno sudafricano declare la “Violación Correctiva” un Crimen de Odio ¡que se castigue con las penas más duras! Al momento de escribir [este post], había 68.235 firmas. La petición se ha convertido en la más popular de Change.org de todos los tiempos.
Eudy Simelane, una jugadora estrella de la selección nacional sudafricana de fútbol, fue violada y luego asesinada en 2008. Thato Mpithi se declaró culpable y fue sentenciado a 32 años de prisión en uno de los casos más exitosos contra la violación correctiva.
El mes pasado las autoridades sudafricanas liberaron a Andile Ngcoza, un hombre que violó, golpeó y estranguló a Millicent Gaika durante cinco horas para ‘hacerla heterosexual', en un caso que ha sido bien cubierto por Change.org. El Sr. Ngcoza fue puesto en libertad con una fianza de 60 rands, el equivalente a menos de $10. Eso llevó a Ndumie Funda, quien había ayudado a Millicent Gaika a recuperarse de la violación y abogar por su caso, a pasar a la clandestinidad.
La violación correctiva es ante todo un crimen intra-racial en Sudáfrica perpetrado en pequeños municipios pobres, señala Pat Griffin. Los violadores son raramente castigados y las mujeres deben vivir con la probabilidad de ver a sus violadores o ser burladas y amenazadas por ellos después del ataque.
A pesar que Sudáfrica tiene una constitución progresista, con protección legal para las personas LGBT, el odio y la intolerancia hacia las personas LGBT todavía está muy vivo.
(Fuente: Global Voices)
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