Tardó más de un año el cardenal católico Cipriani para
arremeter contra el sacerdote Gastón Garatea, ahora
ex-asesor de la dirección de Responsabilidad Social de
la PUCP, quien en el pasado año 2011
declarara a los medios que estaba de acuerdo con
la unión civil homosexual y dejó en manos de los
psicológos, la decisión sobre si la adopción por
parejas LGBTI era apropiada o no.
Hoy por hoy el Arzobispado de Lima, le ha negado
el ejercicio del sacerdocio al padre Garatea, negándole la
licencia del ministerio, lo cual le impide oficiar misas
así como impartir el sacramento de la confesión a los
feligreses católicos. Dicha sanción abarca exclusivamente
al departamento de Lima y lo inhabilita para laborar como
representante de la iglesia católica en cualquier cargo
en la ciudad capital.
La posición del Padre Garatea no es del todo favorable a los
derechos LGBTI sino ante todo moderada, ya que manifestó ver
apropiadas las uniones civiles homosexuales por una cuestión
netamente patrimonial, hereditaria; y sobre la adopción de
niños por homosexuales mantuvo una posición reservada,
dejándole a los psicólogos decidir su viabilidad. Es importante
resaltar que predomina en él, principalmente, un sentido de practicidad,
lo cual es primordialmente lo que se necesita en la mentalidad
de autoridades y líderes claves de nuestra sociedad para vivir
en igualdad.
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Perú 21
Terra
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