Curso de Pearson, fragmento del libro: "Las reglas del amor", del autor Richard Templar.
REGLA 4: Le reconocerás al instante
Si quieres que te sea sincero, yo no sé si esto es totalmente cierto. Hay gente que sabe perfectamente en el instante en que conocen a su futura pareja, que esa es la persona que han estado buscando toda su vida. Pero eso no funciona para todo el mundo.
La Regla dice que si no tienes claro que sea esa la persona, no te arriesgues. Porque si lo es, lo sabrás al instante. O sea, que si es, lo sabrás (antes o después) pero lo sabrás.
Si estás absolutamente convencido de que esa es la persona nada más fijar tu mirada sobre ella, eres afortunado (a menos que te suceda siempre, en cuyo caso tendrías que reflexionar seriamente). Lo importante, en cualquier caso, es que no te comprometas hasta que no estés completamente seguro. A cuánta gente divorciada le habrás oído decir eso de: “¿Sabes? El mismo día de la boda ya me preguntaba si no me estaba equivocando de persona”.
Pues bien, te diré que si el mismo día de la boda te cuestionas si esa es o no la persona adecuada, me parece, que es mejor que no te cases, porque estarás cometiendo un grave error. El matrimonio y los niños son ya de por sí duros cuando estás a gusto con tu pareja, como para soportarlo sin estar enamorado. Sería una locura ni siquiera planteártelo.
Lo normal es que no lo tengas nada claro al principio. Puede llevarte días, meses o incluso años, si eres una persona dubitativa. Pero sobre todo, no te comprometas si no estás completamente seguro.
A lo mejor tu nueva pareja sí lo tiene claro desde el principio, pero eso no quiere decir nada; no todos somos iguales. Y no por eso debes permitir que te presione para que tomes una decisión. Es comprensible que quiera tu compromiso; ¿cómo no va a querer que te comprometas?, ¡con lo maravilloso que eres! Pero no te precipites: nadie se puede beneficiar de una decisión mal tomada.
Porque si realmente es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, no se te va a pasar por la cabeza la duda de: “No sé ¿será realmente? No estoy seguro”. Al revés, te dirás: “Sí, sí y mil veces sí, esta es”. Si no piensas así, tranquilo, eso quiere decir que aún no estás listo para lanzarte.
LO NORMAL ES QUE NO LO TENGAS CLARO AL PRINCIPIO
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