09 abril 2014

Rosa María Palacios - La República: Una pelea que vale la pena dar sin miedo #UnionCivilYA

Transcrito del Diario La República - 13.10.2013
Publicación original

Por Rosa María Palacios
 

Una pelea que vale la pena dar sin miedo.
 
Desde que el congresista Carlos Bruce presentó el Proyecto de Ley para promover la Unión Civil entre personas del mismo sexo, algunas iniciativas en su favor se han desarrollado. He colaborado gustosa en firmar un pronunciamiento de apoyo y he asistido a una sesión de fotos en el mismo tenor. Creo que es un tema de derechos de minorías y que no es inconstitucional, ni ilegal, ni antinatural y, ni siquiera, poco cristiano dar una protección jurídica patrimonial, estrictamente por razones de justicia, a personas que han construido un patrimonio común de idéntica naturaleza al de los gananciales.

Sin embargo el 65% de los encuestados por Ipsos no piensa de esa manera. Mientras más desciende el nivel socioeconómico mayor es el rechazo. Habría que preguntarse ¿en qué puede afectar a personas heterosexuales el reconocimiento jurídico de una realidad que ya existe en la sociedad sabiendo, además, que es minoritaria? Pues creo que el rechazo se basa en dos problemas extendidos. El primero es la construcción de un único estereotipo del homosexual peruano. El homosexual masculino es una “loca” y se le atribuyen rasgos de travestismo, prostitución, histeria, traición y maldad. La lesbiana es una “machona” que asume características masculinas, es violenta y resentida por fea. Obviamente, el estereotipo se construye del modo más desagradable posible para que se aplique con toda naturalidad la segunda práctica extendida: la discriminación.

La única manera de liquidar un estereotipo y reducir la discriminación es acercando a la gente a la verdad. Miles de homosexuales en el Perú viven en la diversidad. Son abogados, médicos, economistas, empresarios, maestros, obreros, ministros, tecnócratas, militares, periodistas, en fin, gente respetable y seria que trabaja duro y paga sus impuestos como cualquier peruano y que no está vinculada a actos de violencia, prostitución o delito. Gente que, como cualquier heterosexual, tiene afectos, opiniones y vida propia. Y, por supuesto, como entre los heterosexuales, mujeres hermosas y hombres guapísimos, muy cultos y educados que solo se diferencian de millones de heterosexuales en que no pueden vivir su sexualidad de una forma distinta a la que su propia naturaleza les impone.

Estas personas, muchas rechazadas por sus propias familias, se han abierto paso en un clima social hostil y han declarado su homosexualidad con toda honestidad a parientes y amigos. Otros, han revelado su conducta sexual a muy pocas personas y, otros más, la mantienen en secreto. Algunos han pagado un precio por su decisión, otros no. Sin embargo, parece que el miedo generalizado subsiste entre muchos de ellos.
¿Por qué lo digo? Si se fijan en el Pronunciamiento que firmamos varios peruanos a favor de la Unión Civil, la gran mayoría somos heterosexuales y esas son las voces que con más fuerza sostienen el debate a favor de la propuesta. El problema está en que, por más buena voluntad que tengamos, no ayudamos a quebrar el estereotipo y los prejuicios hundidos en el alma de ese 65% que se opone. Si la minoría homosexual quiere hacer valer sus derechos, tiene que salir a pelear por ella misma y sin miedo.

No pretendo forzar a nadie, ni mucho menos faltar el respeto a la intimidad personal. Tampoco me quejo de las organizaciones gremiales que han cumplido bien su rol. Lo que me sorprende es el poco activismo de homosexuales cuyo testimonio de vida, estabilidad afectiva y participación en la vida pública del Perú serían ideales para acabar con la falsa y tan extendida idea de lo que es ser homosexual. Entiendo el miedo al estigma, pero las grandes causas exigen grandes sacrificios y esta es, para los homosexuales del Perú, SU causa.

Si no hay quienes den la cara desde su realidad y hagan públicos sus problemas frente a la ausencia de legislación, poco es lo que podemos hacer los demás, de verdadero valor, por ellos.

No hay comentarios: